Barcelona es implacable. La misma ciudad que hoy te da palmaditas en la espalda, mañana te pone la zancadilla. La misma ciudad que vende una imagen multicultural y cosmopolita, no tiene ningún miramiento con aquellos que realmente proyectan esa imagen. Desde hace ya algunos años, hemos ido viendo como cada vez nos vamos quedando más huérfanos de salas de cine, de teatros, y ahora también, de salas de conciertos.

La sala Rocksound BCN, anunció ayer el cierre de sus puertas. Ubicada en el número 116 de la calle Almogávers, su destino estaba escrito desde hacía tiempo, aunque quién iba a pensar que eso iba a pasar en plena pandemia, con una crisis sanitaria de órdago, y una ecónomica por venir, y de la que aún no sabemos como nos va a dejar a todos. Si bien, los primeros en probar las mieles de esta última ha sido sin lugar a dudas el sector cultural. La sala, ubicada en el barrio de Poble Nou, se ve afectada por el plan de reurbanización y renovación del 22@ y ha llegado el momento de decir adiós (o como sus responsables afirman que es su intención, hasta luego. Y esperamos realmente que así sea). No deja de ser curioso el momento que han elegido para volver a reactivar el plan urbanístico, pero los bulldozers poco entienden de los sueños de una persona, y del esfuerzo y sacrificio que habrán llevado a cabo para sacarlos adelante.

Rocksound siempre ha sido un local que suda Rock & Roll. Sus paredes han visto de todo. Muchas bandas pusieron allí la primera piedra de lo que son hoy en día, o la han pisado en la que fué su primera gira mientras ahora pasan por delante dirigiéndose a salas más grandes. Qué cojones! Si hasta nos ha visto crecer a nosotros y forma parte de nuestras vidas. Yo mismo empecé yendo a esa sala de soltero, y ahora estoy casado y con hijos. Pero siempre has sido bienvenido y ha sido un lugar de reencuentro dónde el tiempo se paraba. Esa sensación de cruzar la puerta y empezar a ver rostros conocidos.

En el recuerdo nos quedarán bolos antológicos, otros que menos, las cervezas post-concierto comentando la jugada, fines de año lloviendo hachas, bandas vendiendo allí su merchandising por desacuerdos con las salas dónde daban sus conciertos, noches que sabías como entrabas pero no sabías quién eras cuando salías...por Dio, si hasta hemos estado de boda!!

Pero por ahora no podemos hacer más que cruzar los dedos, y esperar que la intención de sus responsables se cumpla más pronto que temprano. Será en otro lugar, será con otra cara, pero seguro que se llevan el mismo espíritu. Mientras esperamos ese momento, nuestro agradecimiento y reconocimiento por la labor desempeñada durante estos 12 años a toda su crew.

Larga vida al Rocksound!!