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Publicar una sola demo, en el año 2019, les ha servido a los gallegos Cruzeiro para conseguir publicar su primer LP. La repercusión de dicha demo, debió ser notable, porque así de buenas a primeras, han acabado en los Moontower Studios grabando con Javi Félez su debut. Los gallegos llegan con su stoner doom repleto de influencias y nuevos ingredientes, lo cuál da una idea de su carácter y personalidad a la hora de afrontar sus composiciones. Ellos son los primeros que no se ponen barreras estilísticas, y así lo demuestran los cuatro temas que conforman este álbum. Os pueden parecer pocos temas para ser un álbum, pero tened en cuenta que la mayoría de ellas sobrepasa con creces los 10 minutos de duración. La portada es obra de su bajista Raposa! y la verdad es que atrae.

El primer tema, estrenado con un lyric-video hace algunas semanas, lleva por título "Aquarius". En los primeros acordes, ya notaréis que la distorsión hará temblar vuestras paredes. Un buen riff de apertura, antes de presentar la voz de Beatriz Onix, que nos acompañará durante todo el viaje a través de desiertos y montañas. El sonido característico del estilo, cuenta con un extra de punch, conseguido por Félez tras los mandos, pero demandado por las composiciones, que suenan potentes y con fuerza. La verdad es que los escarceos entre el stoner y el doom estan la mar de bien empalmados, y navega entre ambos géneros con mucha fluidez. También encontramos pasajes psicodélicos y hasta alguna parte netamente progresiva. La segunda pista es "The owls are not what they seem", un título muy ocultista, para una larguísima pista que pasa de los 12 minutos. Un lento riff y unos tambores nos acompañan al inicio, hasta que Beatriz empieza a añadir sus notas vocales. La canción discurre lenta hasta que arranca con el acompañamiento de la batería, con un ritmo similar pero más potente. La vocalista nos canta como con ecos del pasado, con ese reverb y eco característico, y su profunda y nasal voz. En la parte central, interludios de bajo mientra los riffs se aceleran y nos llevan a una parte más caótica, que cierra con unos ritmos muy doomies.

La tercera pista, "Balor, as sete pálpebras", tiene un inicio muy tétrico y funesto. La distorsión de la guitarra de Gon B. aúlla mientras el bajo de Raposa! rebota en mis paredes, acompañado de la buena pegada a los parches de Rust. El tema se acelera ligeramente en su ecuador, con unas líneas melódicas muy ácidas y siderales, que se extienden durante unos minutos. La última pista, "Al-Quibla", pertenece a su demo,  y ha sido regrabada para la ocasión. De inicio atmosférico, le cuesta arrancar, pero muestra después quizá la vena más dura de Cruzeiro. Beatriz canta más agresiva, y los riffs suenan más crudos. Por poner algún pero, si se me ha hecho algo monótona hasta el desvarío instrumental más allá de la mitad del tema, donde si nos proponen todo un chute que parece improvisado.

Toda una sorpresa sonora, con una calidad que debería cruzar fronteras, y que nos deja atentos para lo que esté por venir.