Speed Stroke son italianos. Esta banda, fundada en 2011, se dió a conocer tras participar en el álbum tributo de Dave Leppard, fallecido cantante de Crashdiet, y que llevaba por título "Reborn in Sleaze". No fué hasta dos años más tarde, que debutaron con sus propios temas, editanto un segundo álbum en 2016. Han tenido que pasar hasta casi cuatro años, para que unos Speed Stroke más maduros nos entreguen su tercer larga duración. Si de algo les ha servido girar con bandas como Steel Panther, Backyard Babies, Reckless Love o Crazy Lixx, ha sido para acabar de definir su propuesta y reafirmar su intención de ofrecer un rock sucio y melódico a la vez, pero con actitud macarra y espíritu sleazy de calidad a todos sus seguidores.

El disco arranca poniendote en vilo mientras "Hearbeat" va creciendo en intensidad hasta que explota. Un tema poderoso de puro hard rock del norte, con buen trabajo de guitarras. El tema título es una composición más moderna sobretodo en lo que atañe al tratamiento de las guitarras y esos coros que acompañan al estribillo, pero cargada de buen rock y un toque de chulería. Un tema para bailar con una cerveza en la mano. La siguiente "After dark" puede recordar a los primeros discos de Hardcore Superstar, un tema menos sobreproducido donde todo queda más desnudo y evoca un sentimiento de nostalgia, lo cuál te deja descolocado y listo para quedar noqueado por "Soul punx", donde te golpean con un tema rápido y furioso subido de revoluciones. Tiempo de ponerse romántico con "No love", que aunque no sea por el timbre de su cantante si os recordará enormente a Axl sentado en el piano y a Slash con su característico sonido de guitarra.

El desenfreno vuelve a adueñarse de "Red eyes", un tema más en la onda Backyard Babies, pero con unos coros más actuales. El espíritu de Van Halen aparece al inicio de "Out of money", un tema corto y rockero donde la batería lleva la batuta. Puro rock de escuela australiana encontraremos en "Who fkd who", y "One last day" es un tema suave y delicado, con la voz y una dulce guitarra evocan sentimiento. El cierre a cargo de "Hero n.1" deja con ganas de más. Buenos guitarrazos y actitud sleazy con coros de puño en alto.

Una buena entrega de rock festivo y divertido, en el que demuestran que estos últimos años en la carretera les han servido para aprender de los mejores y adoptar matices que han sabido incorporar a sus composiciones. Es inevitable ver guiños a muchas otras bandas aquí o allá, pero Speed Stroke han publicado un gran trabajo, y es digno reconocérselo, y más aún, disfrutarlo como se merece.