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Desde Chicago nos llega el segundo disco de los rockers Poison Boys. Formados en 2014, y tras superar la muerte de uno de sus miembros fundadores, se armaron de valor para iniciar una gira por la Costa Este y empezar a lanzar EP's. En 2019, y tras varias mini-giras por distintas zonas de Estados Unidos, editaron su disco debut "Out of my head", cargado de punk'n'roll, en su vertiente más clásica. Inspirados por bandas legendarias como New York Dolls, The Stooges, Hanoi Rocks o Kiss, le añaden un mucho de actitud punk británica. Démosle al play y a ver que nos encontramos en su segundo álbum.

Su orientación ya queda clarísima desde un primer momento, con un temazo como "Don't you turn on me", muy de rock sórdido setentero en el que queda patente la influencia británica que comentábamos al inicio, en el que podemos ver reflejado hasta a los mismísimos Stones. La cosa se acelera en "Living on the edge of a knife", mucho más punky, al igual que la siguiente "Day by day" a la que le dan un plus de melodía, quedando un tema super-pintón y disfrutable. "Little speedway girl" fué el primer adelanto de este nuevo disco, y aunque la actitud punk es innegable, el sonido rockero está más que presente. Otro gran tema. La voz de su cantante Matt Dudzik suena desafiante en "Keep knocking", otro himno de punk-rock menos veloz. Rompen la dinámica con chulería en "Dick in the dirt", apoyándose en las guitarras de Steve Elfinger y su cantante.

"Can't get you out of my mind" es otra lección de punk-rock clásico, con esos coros característicos, donde tal vez suenen más acaramelados, aunque el fuego sigue ardiendo. Temarraco de action-rock con la desgarradora y urgente "Nothing but darkness". El enérgico ritmo de "She's nowhere" se contagiay nos hará bailar de lo lindo, sobretodo en directo. Y para cambiar de tercio, tenemos "Sweet Marie", con guitarra acústica pero igual de movida. El saxo hace acto de presencia en la siguiente "I was cryin'", un tema muy sórdido, melancólico. Y un temazo para cerrar, como lo es "Take a chance", una de las que más deja ver su vena rockera, apartándose más del punk, y con unos teclados muy acertados, y un solo extasiante.

Todo un viaje a través del tiempo, que nos lleva a finales de los 70, y que debe ser en una sala sudorosa donde debe brillar con todo su esplendor. Si te gustan bandas como las mencionadas, o incluso otras como Diamond Dogs o The Last Vegas (por lo menos sus primeros discos), Poison Boys te sacarán una sonrisa y te alegraran el dia y lo que queda de semana.