La banda noruega Order, fué fundada en 2013 por ex-miembros de bandas como Cadaver o Mayhem, pero quedó como un proyecto en suspendo tras el fallecimiento del bajista Rene Jansen. Meses más tarde, encontraron quién se hiciera cargo del bajo, Stu Manx, ex-miembro de Gluecifer. Fué en 2017 cuando lograron publicar "Lex Amentiae", su debut, y han tenido que pasar más de 4 años para que grabaran su segunda obra. Ellos aseguran que este es un lanzamiento mucho más personal, tanto musical como líricamente. Aún queda para que el disco salga al mercado, ya que la fecha oficial es a principios de Octubre, pero os contamos nuestra primera impresión.

Una intro de título "Pneuma" abre el disco con un piano tétrico y solemne. Pocas cosas más se necesitan a parte de unas pocas notas de este instrumento para crear una sensación de inquietud. A continuación se desata la tormenta blasfema a lomos de "Rise", con grandes guitarras black por parte de Anders Odden y los alaridos oscuros y rasposos como un estropajo de Messiah. Ritmos taladrantes y desquiciantes por parte de la batería de Manheim llevan a esta "primera" pista a sonar de manera cruda y sin pulir. El black acelerado de "Bring of salt" nos asalta sin descanso, con su sonido primigenio y malévolo. Pista corta sin concesiones más allá de lo maligno, con una batería quizá algo plana y poco enrevesada. Sorprende la corta duración de los temas, ya que el más largo con suerte sobrepasa por poco los 4 minutos. Totalmente fuera de control suena la voz de Messiah en "It burns", tal y como si sus palabras le quemaran los labios, y los sonidos agónicos que emite son suficiente para transmitir desasosiego, junto a unos ritmos más lentos que denostan a la velocidad a un segundo plano. El aura oscura se extiende como pandemia a través de "The gospel", un tema que sin ser atormentador, basa su objetivo en tempo a medio tiempo, en el que el vocalista nuevamente se explaya de nuevo, creando una atmósfera siniestra sin necesidad de teclados. El interludio "Gal.Lu", con unos tambores y unos susurros, da paso a "Descend", que entre bufidos escalofriantes se abre paso con sus hirientes guitarras a través de la neblina. Debo decir que me sorprende gratamente la cantidad de entonaciones diferentes que ofrece Messiah, y que su simple voz es capaz de erizarte el vello de la nuca. La pista coge carrerilla a partir de su ecuador, y ya no hay quien cierre la caja de pandora, dejando que el mal se escampe a sus anchas.

"Lust" es el pecado lujurioso para los amantes del black metal primigenio, con su sonido distorsionado, capaz de hacerte sangrar los tímpados y provocarte una infección mucho más severa que una simple otitis. La laceración que producen las líneas vocales, aún siendo un tema que por momentos coquetea con el doom, es seria. De nuevo recurren al piano para calmar las aguas en el inicio de "My pain", con el que preparan el terreno para hacerte sufrir en una pista alocada, con unos riffs muy metálicos con el que ejercitar las cervicales. Y si queréis suciedad blacker, atentos a "Tomb". Sonido añejo deudor de un punk podrido como en sus viejos tiempo. Por mucho tiempo que lleve este sonido criando malvas, no ha perdido un ápice de su esencia y suena como antaño. La outro "Pneuma II" cierra el disco, acabando por desquiciarnos con una mezcla de sonidos tortuosos y lamentos infernales, durante un buen rato, pero resiste y aguanta sin darle al stop o te perderás las últimas y terroríficas notas.

Amantes del black, estáis de enhorabuena. Order nos tienen preparado un gran disco con todos los elementos clásicos del estilo, y una aportación sublime de Messiah.