Han madurado los italianos Hell in the Club. Con un sonido más que reconocible, y sobretodo con un vocalista identificable, han encontrado la fórmula para aunar grandes riffs duros de guitarra con dosis ingentes de melodía. Puliendo detalles a través de los años, parece que consiguen hacerse cada vez más reconocibles, ya que cada trabajo tiene su propia personalidad. Si bien parece que se han ido alejando un poco de los sonidos de sus inicios, más orientados al hard rock o al sleaze, se han ido apreciando esos detalles con la publicación de cada trabajo. 12 años llevan ya de carrera y no han parado quietos, pues este es ya su quinto lanzamiento.

Si bien tengo que decir que no me entusiasmo mucho su primer adelanto "We'll never leave the castle" cuando lo escuché, también tengo que decir que gana con las escuchas y afrontándolo desde el conjunto. Eso si, no me parece una elección acertada para abrir el disco. En la siguiente "Worst case scenario" ya podemos apreciar mejor su propuesta, riffs de guitarra poderosos y grandes coros, con la puntilla de un enorme solo. "Here today, gone tomorrow" es mucho más festiva. De siempre ha sido la vertiente que más me ha gustado de la banda, pues me parece que les aporta más garra, aunque el pequeño estribillo melódico le baja un poco de revolución. "Joker" es un gran trabajo de melodía, y Dave exprime un poco su garganta. "Last of undying kid" discurre con su riff sinuoso y pesado, con un estribillo muy Crashdiet.

"Nostalgia" arranca con sintetizador, y le da un aire muy 80's, rebajando la intensidad para llevarnos a la balada "Lullaby for an angel", una canción bonita a guitarra acústica, con leves incursiones de batería y distorsión, muy en la línea de las grandes baladas de la época dorada de los pelos crepados. "Mr. Grouch" arranca a todo trapo, con un aire un poco punk, resultando un especie de híbrido modernizado de Guns'n Roses y Skid Row. "No room in hell" introduce algún pequeño toque bluesero, y tiene un estribillo muy juguetón, mientras que "Tokyo Lights" podría ser una canción de Reckless Love, aportando esa toque Happy con los teclados, pero sin dejar de ser una canción heavy. Terminamos con "Lucifer's magic", que suena más oscura, y que por momentos me recuerda al sonido de Gotthard en "Domino effect".

No voy a esconder que sus temas festivos y netamente Hard Rock son los que mas me entusiasman, pero hay que reconocer que cada vez son más capaces de presentar obras más compactas, donde cada tema hace su función, y ninguno flojea más que otro, punto del que quizá si adolecían entregas anteriores. Un gran disco para rememorar épocas pasadas, pero con brisas del hoy. Hell in the Club lo están consiguiendo, y yo que me alegro.