Que placer tan grande estar de vacaciones por tierras valencianas y encontrarse con este combo de Thrash Metal de viejas glorias de los 80. Nada más y nada menos que Exodus y Heathen para caldear a lo bestia la sala Rock City de Valencia y hacer que estas vacaciones sean todavía mucho más divertidas.

Qué placeres me ha dado thrash metal de los 80, especialmente el de la Bay Area. Uno de los pilares sin ningún lugar a dudas fueron Heathen a pesar de su inactividad entre 1993 y 2001. Fueron uno de los clásicos de la escena junto a sus acompañantes de cartel Exodus, por eso esta gira que los trae por Europa junto con Testamente algunas fechas y otras con Exodus, una vez más reunidos, hacía justicia, para la misma banda y los fans de poder disfrutar de ellos otra vez más con un directo muy Heavy. Heathen sin duda, nos entregan un sonido muy  NWOBHM, se notó de lo lindo en su setlist con unas voces de David White muy Heavy Metaleras, unas guitarras muy consistentes con unos solos y melodías de corte muy tradicional. Su concierto fue una descarga de Metal directa y eficaz, se nos hizo corto pero intenso, con un sonido algo mejorable, que podría haber favorecido algo más a todo su concierto en general, consiguieron caldear el ambiente de toda la Rock City de Valencia que quedó muy satisfecha de su actuación. Sin sorpresas pero con una gran profesionalidad que atesoran, hicieron el mismo setlist que están realizando en toda la gira Europea.

Desde luego que gran sorpresa me llevé con el concierto de Exodus en Valencia, tengo que decir que las últimas veces que  vi a los americanos en Barcelona, no terminaron de convencerme del todo. No sabemos exactamente si fué porque en esta gira ya los acompañaba de manera estable Gary Holt tras la separación de Slayer, si fué por la sangre fresca y la motivación de Brandon Ellis a la guitarra, por el gran estado vocal de Zetro Souza, o simplemente porque consiguieron un sonido perfecto desde el principio hasta el fin, que contagió a toda la sala de un auténtico frenesí Thrash Metalero, con aires nostálgicos a más no poder.

El público consciente de lo que estaba pasando, entró en locura máxima devolviendo toda esa energía con una entrega total y la banda rápido se dió cuenta de ello. Gary Holt pletórico moviéndose a lo largo del escenario sin parar, mientras nos disparaba riffs sin tregua, la pegada de Tom Hunting a la batería fué bestial y muy profesional (que gran retorno, más delgado tras superar el cáncer, pero con una velocidad endiablada). Y con un setlist de lo más variado y repasando todos sus clásicos, cerraron un concierto y una noche de leyenda para los amantes del buen Metal.