Nada más y nada menos que cinco años han tenido que pasar para poder hincarle el diente a material nuevo del genial combo italiano Doomraiser. Desde 2004 en su Roma natal y con cuatro discos publicados, amén de varios 7 pulgadas y splits, este quinteto ha logrado hacerse con un espacio importante dentro del cada vez más concurrido ámbito del doom. Si con sus anteriores publicaciones ya habían logrado hacerse un hueco más que ancho, especialmente con su hasta ahora último álbum de 2015, "Reverse", con éste "The dark side of old Europa" han pegado el puñetazo definitivo encima de la mesa para no solamente enarbolar la bandera del doom italiano, sino del europeo y me atrevería a decir mundial, dado el pepinazo que se han sacado de debajo de la manga. Desde luego se han hecho largos los cinco años sin material nuevo pero la espera definitivamente ha merecido muy pero que muy mucho la pena.

Doomraiser nos presentan a través de la discográfica Time To Kill Records, un álbum cuasi conceptual, en el que profundiza en su idea pesimista de un continente en decadencia provocada por su propia vanidad. Nos narran a través de los textos de sus canciones el paso de una Europa austera a otra derrochadora. Esa Europa que ha vivido siglos de libertad pero también de sangre a raudales, que ha pasado por momentos en los que predominaba el amor y otros en los que la protagonista era la peste. Una esperanza atrapada siempre entre las cuatro esquinas del odio.

El álbum lo componen ocho temas con la principal novedad de la mayoría de presencia de temas cortos por encima de los más largos. Estos últimos continúan representados en canciones como "Terminal dusk" o "Loathsome Explorer Interpolation", que se acercan e incluso superan la barrera de los nueve minutos y en las que aprovechan para dar paso a esos giros turbulentos entre pasajes místicos y crudos riffs marca de la casa. Es, sin embargo, en esos temas novedosamente más cortos en los que la banda demuestra su madurez creativa siendo capaz de transmitir esos sentimientos contradictorios de placer y dolor en una cantidad mucho más reducida de tiempo. Despliegan toda su pericia compositiva dentro de los cánones impuestos por sí mismos en lo que se refiere a su estilo musical, al que ellos mismos denominan heavy drunken doom, en una clara señal de hacia dónde se dirige la integridad musical del grupo. Podéis ver dos de esos temas, "Chimera" y "The dark side of old Europa", en los vídeos que aparecen un poco más abajo.

En una época en la que le das una patada a un bote y te surgen cuatro bandas de doom, stoner y no sé cuántas otras etiquetas que solamente ayudan a limitar el normal desarrollo y evolución de una banda, es de agradecer la presencia de grupos como Doomraiser, quienes superan con creces todos esos clichés y logran por mérito propio situarse probablemente en la lista de mejores álbumes del estilo a final de año, a pesar de haber sido publicado el disco a finales de Enero. A mí particularmente me encanta el hecho de salirse de las normas establecidas y las malditas etiquetas que no hacen sino establecer unos límites en el propio desarrollo existencial de un grupo y que si los traspasas puedes verte abocado a la crítica exacerbada no ya de la crítica especializada sino de tus propios fans. Afortunadamente, los componentes de Doomraiser han logrado superar con nota ese examen y ya pueden presumir del lugar que se han labrado a base de años de empeño y dedicación a un género muchas veces denostado y muchas más infravalorado, que ha demostrado gracias a la presencia de bandas como Doomraiser estar en condiciones de dar todavía muchas noches de alegría a sus seguidores cuando la situación mundial que estamos viviendo a raíz del covid-19 lo permita. Ahora más que nunca es el momento de apoyar a estas bandas emergentes y para ello nada mejor que poder hacerse con el álbum y multitud de material de merchandising tanto en su página de Facebook como en su Bandcamp.