No cabe duda que la formación de Death Dealer, destila calidad por todas partes, pero a veces, no es tarea sencilla enfocar toda esa calidad individual en una misma dirección. Esta banda formada hace ya 8 años por ex-miembros de Manowar, Cage, Symphony X e Into Eternity decidió aunar sus talentos para llevar la bandera del Heavy Metal a todo el planeta, siendo este ya su tercer disco. Todos los tópicos y clichés del buen heavy clásico se vuelven a dar cita aquí, guitarras afiladas, voces agudas, baterías galopantes e himnos de puño en alto. Tras un primer acercamiento a sus temas, no cuesta mucho discernir que los pantalones los llevan Ross y Peck, pues el sonido se asemeja bastante a sus bandas respectivas, aderezado con un sonido muy Priest de la época Painkiller.

El disco arranca con unos punteos arabescos, que dan inicio a "Sorcery supreme", una pista atronadora de Power Americano rápido y furioso, con un estribillo pegadizo. Más rockera arranca "Every Nation(World of metal)", aunque sólo en su inicio, pues es otro tema veloz de Power que ensalza la hermandad reinante en la parroquia metálica, con sus incisivos solos. Una intro tétrica es el inicio de "Beauty and the Blood", con una susurrante voz que te va introduciendo en la canción, hasta que esta estalla en plan apisonadora. Buen pasaje intermedio en plan siniestro y con Ross the Boss corriendo el mástil de su guitarra, mientras Peck recuerda a King Diamond por momentos. Relajamos un poco los pistones con la más clásica "Running with the wolves", más Heavy Metal y melódica, muy 80's. Volvemos al Power con "The heretic has returned", en la que bajo y batería dejan patente su sincronía con una sección muy compacta. Algún detalle progresivo para adornar las subidas de Peck. Un gran tema de Heavy Metal les ha quedado con el tema que da título al disco. "Conquered Lands" es de riff machacón y pesado, con muchos solos y cambios de ritmo.

Seguramente ya quisieran Manowar componen hoy algo como "Hail to the king", de lo más cercano a cuándo Ross estuvo en la vida, sobretodo en la parte del estribillo. "Slay or be slain" empieza muy melódica, pero la velocidad vuelve a adueñarse de la pista, al igual que pasa con la siguiente "Faith under fire", atronadora y speedica como pocas, y con una partes muy épicas (soprendente también hasta donde puede llegar Peck). "22 gone" es la balada del disco, en la que el vocalista es el que le pone sentimiento. Cierra el disco otra tormenta de Heavy/Power con "Born to bear the crown".

Desde luego, si te gusta el estilo, no vas a quedar decepcionado. Sin embargo, si eres un incursor ocasional, puede que la visión general se te quede un poco plana, ya que no encontrarás mucha variedad. Es Heavy, es Power, es atronador y veloz...pero personalmente le encuentro a faltar alguna chispa que me haga repetir.