Una de las bandas más punteras y exportables del thrash metal de aquí, son los igualadinos Crisix, que junto con Angelus Apatrida, son los que más han conseguido traspasar fronteras y empezar a crearse una base de fans por Europa. No tenemos claro el motivo que les ha llevado a grabar este EP, pero imaginamos que la pandemia tiene parte de culpa. Aburridos, marchitándose siendo una banda de escenario y carretera como son, como un tigre encerrado en una jaula, los thrashers deben haber sentido la necesidad de sentirse vivos de nuevo, y de liberar toda la frustración acumulada después de tantos meses. Y a juzgar por el nivel de intensidad del EP, debe haber sido mucha. El EP lo constituyen 4 temas, uno de ellos el más corto de su carrera, pero también funciona para traer novedades sobre la banda y que se vuelva a hablar de ella mientras las cosas acaban de normalizarse (esperemos...).

"No tip for the kid" está inspirada por las vivencias de su guitarrista BB Plaza y las vivencias que tuvo que sufrir siendo repartidor en sus años mozos. La pista es un misil trashero violento y veloz, con riffs destrozacráneos y una batería apisonadora total, con cambios de ritmo constantes. La segunda pista ha sido presentada en video hace relativamente poco, y tras ese aullido de Juli Plaza al más puro estilo Tom Araya la explosión metálica es imposible de contener. Riffs machacones mezclados a todo trapo, con pasajes más machacones que causarán más de una lesión cervical en los conciertos. Todo un cañonazo en un tema de los más contundentes que les recuerdo en la época actual. "Raptors in the kitchen" demuestra que sus influencias van más allá de las bandas clásicas del género, entregando una pista muy punkarra y urgente, que vierte toda su furia en menos de un minuto de duración. La última "It's tough to cook a song" es desenfreno en estado puro. El cuentarrevoluciones vuela por los aires y no hay metrónomo capaz de medir estos ritmos. El tema se grabó a la vieja usanza, en una toma y tocando todos juntos, y se nota en el sonido, mucho más directo y menos procesado. Coros muy punks, y un bajo muy presente aportan ese toque diferencial.

Una estupenda manera de salir del amodorramiento y disfrutar con Crisix, que a buen seguro es otro de los motivos por el que nos ofrecen estos 4 temas. Volver a colgarse los instrumentos y traernos temas nuevos, debe haber sido toda una catarsis creativa después del parón obligado, que ya se está haciendo demasiado largo.