Le tenía muchas ganas al segundo disco de Bloody Heels, después de escuchar los adelantos. Desconocía a la banda hasta que escuché el primer single de este "Ignite the sky" y la verdad que quedé gratamente sorprendido, pues me pareció un soplo de aire fresco en el mundo del hard rock. Provenientes de un país no muy prolífico en el metal como puede ser Letonia, y auspiciados por Frontiers, Bloody Heels nos deleitan con su hard rock melódico, aportando momentos de agresividad heavy a sus composiciones, en un estilo que necesita de nuevas bandas que tomen el relevo. Una buena garganta como la de Vicky White (a veces me llegar a recordar a Michael Starr de Steel Panther en las partes más rasgadas) junto a los guitarrazos de Harry Rivers y la base rítmica de Gunn Everett al bajo y Gus Hawk a la batería nos ofrecerán buenas dosis de melodías con gancho, buenos coros y momentos más pesados. Entre lo pegadizo de Crashdïet, Crazy Lixx o Reckless Love y lo hard & heavy de las bandas punteras del estilo en los 80 como Firehouse o W.A.S.P.

Todos aquí lucen sobremanera, pues Harry Rivers mete algún solo de escándalo, y los riffs durante toda la obra son de calidad. El bajista no le va a la zaga, y en algún tema podemos apreciar alguna intro con el instrumento. Gus Hawk luce sobrio pero con pegada, marcando el ritmo con estilo.

El disco lo abre el tema-título abre con unos buenos riffs y unos buenos coros, dejando entrever las cuerdas vocales de White, aunque sin explotar del todo todavía. "Criminal masterminds" deja ver ese lado más heavy. No deja de lado la melodía pero te puede soltar un puñetazo en la cara. "No matter" se acerca al rock ochentero radiable, con unos ritmos más lentos y unos buenos coros. "Sugar & Spice" juega en la misma liga que la anterior, heavy y melódica a partes iguales. "Farewell to yesterday" empieza a bajo, con un buen riff y un aullido del vocalista. Tiene un estribillo vacilón y diferente. "Black swan" baja las revoluciones, no suena a balada, ya que desprende algo de oscuridad.

"Stand your ground" aporta riffs duros y una base rítmica sólida. "Thin Line" tiene un extra de almíbar, recordando a las bandas AOR de los 80, con un estribillo que te ciega con su luz. "Silhoutte" es un tema lento y oscuro, que estalla en el último tercio con un gran trabajo a las cuerdas de Harry Rivers, que va sobrado de técnica y sentimiento. "Healing waters" vuelve a dibujarnos una sonrisa con ese hard & heavy que tan bien les queda y cierra el disco "Streets of misery" donde aprietan el acelerador y te sonríen ellos con picardía, en un tema más callejero.

Un disco fácil y divertido de escuchar, en el que seguro encontrarás buenos momentos disfrutables. Seguro que en directo, gana enteros.