En el marco de la 31 edición del festival Blues & Ritmes de Badalona y en plena sequía de conciertos este 2021 se ha retomado su programación con nombres tan interesantes como Ian Siegal, que tocó en la jornada inaugural o el que ahora nos ocupa Luke Winslow-King un viejo conocido por estos lares, ya que además de residir en España, en los últimos años nos ha visitado con frecuencia.

Pero en esta ocasión el concierto tenía la peculiaridad de celebrarse en un teatro y lógicamente con todo el público sentado, con mascarillas y respetando las medidas de seguridad y separación.

Así mismo, el formato del concierto fue un dúo con su inseparable guitarrista Roberto Luti.

El músico de Michigan, ha residido bastantes años en Nueva Orleans lo que hace que su música esté impregnada no solo del sonido americana sino también de aires de jazz, blues, rock ‘n’ roll o country. Todo ello envuelto con una gran clase y elegancia y una voz fantástica.

Nada más comenzar el concierto, con el citado formato dúo, ya se metió al público en el bolsillo al hacer las presentaciones de los temas en una mezcla de castellano "guiri" (como el propio Luke indicó) e inglés. Y con bastante desparpajo.

El setlist estuvo formado por bastantes temas de su último disco de estudio, el fantástico "Blue Mesa" (Chicken Dinner, Break Down The Walls, etc) junto a temas antiguos como (No More Crying Today, On my Way, Swing That Thing, etc) temas nuevos incluido un tema en castellano (Cruzarás por mi camino) con un estribillo complicado (Cruza, Cruza). El hecho de presentar los temas en un formato más intimo da lugar a que explique el significado de los títulos o a quienes están dedicados. Lo que dota al concierto de una cierta complicidad entre artista y público.

En esta ocasión Luke Winslow-King, también contó con la participación en un tema de un cantante local, que desafortunadamente no supé reconocer su nombre.

La verdad que Winslow-King tiene una voz preciosa a rabiar, es gran frontman capaz de entretener con este formato simple y especialmente teniendo en cuenta la dificultad de interacción con un publico sentado. Roberto Luti es un virtuoso de la guitarra más bluesy. Pero eché de menos contar con algún apoyo adicional para hacer coros, que hubiera dotado al concierto de una mayor variedad.

En cuanto al público en un principio no fue excesivamente entusiasmado pero poco a poco se fue animando a dar palmas y corear algunos temas. No obstante este tipo de eventos en teatros no dan lugar a demasiadas efusividades.