No es si es el mejor momento para ponerme a escribir mi opinión sobre el disco homónimo de los albaceteños Angelus Apatrida, pues tras unas escuchas estoy absolutamente anonadado y extasiado. Al final, si alguien o algo va a conseguir que la ciudad de Albacete se conozca más allá de nuestras fronteras, va a ser, y quién lo iba a decir, una banda de Thrash Metal. Ciudadanos ilustres desde ya, la sacada de chorra que se han pegado con este disco es absolutamente demencial. La contundencia, el poderío y la destreza que muestran en este trabajo, ha ido un paso más allá tras un ligeramente errático anterior "Cabaret de la guillotine", que a mi personalmente, no acabo de dejarme satisfecho, aunque tenía muchos momentos destacables.
Absolutamente poderoso es el inicio con "Indoctrinate", de la que ya presentaron videoclip. Un tema asesino y matador, con sus cambios de ritmo ("Listen!") y un trabajo a nivel vocal de los más completos que le recuerdo a Guillermo Izquierdo. A destacar desde ya el intenso y cristalino sonido que han conseguido obtener, y que te dejará incrustado en la silla (si es que lo escuchas sentado y no sientes el irrefrenable impulso de moverte). El bajo se percibe con claridad, y la pegada de la batería es atronadora. La siguiente, y también conocida "Bleed the crown", es otro cañonazo thrasher en el que Victor Varela hace diabluras en la batería mientras las guitarras de Izquierdo y David Alvarez nos van peinando el flequillo. Imposible no encontrarse moviendo la cabeza inconscientemente o intentar darle al bombo con los pies, es un impulso irrefrenable. "The age of disinformation", del que también hay vídeo, es una clara crítica social cargada de riffs thrashers, apoyados por el omnipresente bajo de Javier Izquierdo, y aquí también encontramos una de las interpretaciones más versátiles a nivel vocal. Enormes solos los que encontraremos en este tema. Ecos de Pantera en la aplastante "Rise or fall", un tema iracundo en el que se alternan los cambios de ritmo, con un estribillo carne de directo. Tremendamente veloz y enfadada suena "Childhood's end", con algún punto punk en los riffs, y un estribillo muy melódico que bien podría aparecer en algún tema de Megadeth.
"Disposable liberty" deja un poco de lado la velocidad frenética, para optar por la vertiente contundente y pesada de su thrash. Un tema algo más atípico de los albaceteños pero igual de cabreado que el resto, en un esfuerzo por ofrecer algo distinto. El siguiente tema, exigente para Varela que vuelve a destrozar su batería es la frenética "We stand alone", con un estribillo melódico ideal para jugar con el público, mientras los dos guitarras se van intercambiando solos. El cambio de ritmo en su parte intermedia es absolutamente rompecuellos. "Through the glass" nos presenta un riff más machacón, que van desarrollando a lo largo del tema, con varios cambios de intensidad, y algunas partes para ejercitar bien las cervicales. Quizá, y esto es a nivel personal, pueda ser una de las "más flojas" del disco. De nuevo una delicia con "Empire of shame", en la que juguetean con los tempos a su antojo, mientras van punteando las cuerdas de sus intrumentos y Varela le va dando a los platos a su antojo. Un arranque de lo más moderno que les hemos escuchado esconde "Into the well", bastante asfixiante, y con el que muestran otra faceta suya, y que no hace más que acrecentar la sensación de satisfacción que nos deja el álbum.
En definitiva, estamos ante uno de los trabajos más completos de Angelus Apatrida. No soy muy partidario de afirmaciones contundentes, pero yo lo pongo como su trabajo número 1 en mi lista personal de su discografía. La madurez que han conseguido, canalizando toda la rabia del año pasado, y vertiendo su indignación política y social (que en España de eso hay para dar y repartir desgraciadamente) en unas composiciones destructoras, me hace considerar este disco homónimo (señal también de identificar este trabajo como algo a tener en cuenta por su parte), como su trabajo más completo hasta la fecha. A disfrutarlo!!
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.