Siempre he respetado la figura de Tom Angelripper, pero tengo que reconocer que hacía un tiempo que les había perdido la pista a sus Sodom. Los últimos bailes en su formación, y unos últimos lanzamientos que no me acababan de enganchar, pero hicieron ir arrinconando a la banda, mientras esperaba que algún dia recuperaran su esencia y su lugar. Han pasado cuatro años desde su anterior disco, y esta vez son un cuarteto, recuperando las guitarras de Blackfire (miembro de Sodom en Agent Orange y Persecution Mania), e incorporando al nuevo batería Toni Merkel y al guitarrista Yorck Segatz (incorporaciones por lo menos en lo que se refiere al estudio, pues en directo ya habían debutado). En total, con este ya hacen 16 los álbumes publicados por la formación.

Según parece, la inyección de sangre joven le ha sentado bien al grupo, y esperemos que esta transfusión no produzca rechazo y se asiente para revitalizarlos definitivamente. La traca empieza con una intro, que da paso a la ya conocida y frenética "Sodom & Gomorrah". La verdad es que es un tema furioso e implacable, que vuelca toda la rabia de la banda. "Euthanasia" arranca con un extraordinario riff, un tema urgente y acelerado que renueva la fe en esta banda volviendo a sus raíces thrash más puras. La canción que da título al disco, también es una vieja conocida, pues ya apareció en su EP "Out Of The Frontline Trench", aunque en una versión diferente. Unas guitarras amenazadoras y un destacable Segatz a la batería, crean la atmósfera perfecta para las agresivas letras de Angelripper. De lo más brutal de Sodom en toda su carrera es el inicio de "Nicht Mehr Mein Land", aunque luego aparece un ritmo más pesado y siniestro, quedando bastante granítica. Todo lo contrario ocurre con "Glock 'n' Roll", siniestra y provocadora, toda una bola de energía en la que el tío Tom desprende más rabia que en ninguna.

Inspirada en Moby Dick llega "The harpooneer", una composición larga de más de 7 minutos, que tras una lenta intro eleva su intensidad. "Dehumanized" tiene una estructura inicial parecida a la anterior, con un principio malévolo, pero un desarrollo mucho más acelerado que la predecesora. Riffs muy thrashers y ritmos castigadores. Como si de un tema de heavy metal clásico se tratara, llega "Occult perpetrator", o así lo hace parecer su riff (digno de coreografía de Accept moviendo mástiles de lado a lado) y su latencia. Otra intro, esta vez algo más épica, es lo que precede al ataque asesino de "Waldo & Pigpen", con una intensidad que sube y baja. El bajo de Tom toma protagonismo en una rapidísima y casi punk "Indoctrination", con sus coros en el estribillo y todo. Cierra el disco "Friendly fire", que también había sido presentada como single. Una buena manera de dejar la adrenalina por las nubes para acabar.

Resumiendo, no van Sodom a recuperar su trono y su gloria inmediatamente con este lanzamiento, pero tal vez sea el inicio de su recuperación. Algunos temas suenan algo urgentes, y otros por otro lado, pecan de duración. Sin embargo, si se nota una energía renovada, y unas composiciones que recuperan el espíritu de tiempos pasados en los que dominaban Europa a base de mala leche.