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Lo que da de si la globalización en los tiempos que corren...hasta en el Black Metal. El italiano Guh.lu, guitarrista de bandas como Setherial o Gorgoroth, junto a Alekht en el bajo y Maelstrom a la batería batería / voz, han conseguido nada más y nada menos que colaborar con Mantus (Mysteris/Patria) y Blasphemer (Mayhem). El resultado de antemano no puede estar más definido viendo los currículums de cada uno de los integrantes. Black Metal a todo trapo, de raíces muy oscuras, y bastante clásico. Su música tiene una alta carga de agresividad contenida, perceptible sobretodo en la manera de cantar de Maelstrom, pero a todo ello les añaden algunos ingredientes de cosecha propia.

La intro "Fiat interitus" da las primeras muestras de su música. La verdad es que el primer contacto, si bien emite un aura oscura, suena más a heavy-thrash que a black, pero esa contínua repetición de cantos satánicos, nos va poniendo en situación. Una vez ya en "The hidden genesis", se despejan todas las dudas. Los blast-beats toman su posición y las guitarras de inspiración noruega empiezan su despiadado ataque. El tema esconde una parte más tranquila, pero los riffs de guitarra nos seguirán mantiendo en alerta. Lentamente toma forma "Under the will of Satan", un tema muy oscuro de grandeza épica, con unos coros místicos que no me acaban de convencer, y algunas partes narradas que le dan un aire malévolo al tema. Interesante cambio de ritmo en la segunda parte del tema. El tema más extenso del disco es el siguiente "Riding the spiral of Lilith", de tempo lento y opresivo, pero mordaz y épico. La batería empieza a atronar pasado el ecuador, en el que aparecen también unas voces femeninas a modo de coro.

"Of purity and death" vuelve a darnos otra ración de puro black enrabietado con un riff algo repetitivo, sobre el que Maelstrom vierte con visceralidad todas sus estrofas. Algo alejada de lo que hemos tenido hasta ahora es "The snake that brought the flame", con un inicio alejado de los que hemos venido escuchando y una segunda parte más blackened-thrash. La última cena viene de la mano de "Ad numen satanae" que discurre entre momentos de puro black y otros más cercanos al thrash, sin dejar de ser aplastante en ningún momento, salvo cuando empieza a fundirse con una outro muy atmosférica de trasfondo cósmico.

Siete años han pasado para que llegara el cuarto álbum de Xeper, tiempo que el estas composiciones han ido pudriéndose hasta conseguir la maduración oscura necesaria para llegar a ser grabadas. Si eres fan del género tal vez ya los conozcas. Un buen álbum de Black Metal profano y satánico, en el que no encontraremos nada nuevo, pero que suena de fábula, mateniendo la esencia del género.