El black metal, les guste más o menos a algunos, tiene muchas vertientes. Desde el considerado más puro, hasta el más adulterado, hay un vasto campo donde cada uno le añade los ingredientes que le apetece.
Los británicos Winterfylleth bien los podríamos encuadrar a medio camino, pues exhiben momentos para todo, aunque si que es verdad, que están más cerca de lo primero que de lo segundo. ¿Que encontramos entonces en su nueva obra? Pues una grata sorpresa la verdad. Después de algún descarrilamiento con sus anteriores discos (llegaron a publicar un disco cuasi acústico en clave folk que no gustó mucho a sus fans más trves) vuelven con un cañonazo de Black Metal.
Seguramente, nada más escuchar el primer tema, sus fans suspiren aliviados, pues les bastará con 8 temas para redimirse. "Misdeeds of faith" ya desata toda la rabia de inicio, siendo este el segundo single del disco. "A hostile faith" no le va a la zaga, y a mi me retrotrae a los primeros discos de Dimmu Borgir (cuando estaban lejos aún de toda aquella majestuosidad de hoy). "Absolved in fire" es un tema largo, con unos preciosos arreglos en clave folk, muy atmosféricos. Tras esta introducción volverán a aflorar las raíces más blackmetaleras, llegando a momentos épicos.
El tema título fué el primer single que lanzaron, donde muestran su lado más oscuro y agresivo, aportando momentos de melodía. La siguiente "A greatness undone" vuelve a mezclar su lado más primigenio con dosis de melodía, y una parte central atmosférica que desembocará en un final rabioso y agresivo. Llega la calma con "Betwixt two crowns" un tema acústico e instrumental en su totalidad. "Yielding the march law" nos conduce hacia el final del álbum, con Chris Nuaghton desgañitándose. Cierra el disco "In darkness begotten", otro tema largo, en el que podemos apreciar varios cambios de ritmo y un final con coros y cuerda que le dan un cierre muy teatral.
Una buena obra, con su toque particular, en el que abarcan desde las raíces del género, hasta ingredientes de su cosecha, como esos pasajes acústicos y esos coros atmósfericos, inspirados por la cultura de su tierra.
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.