Hoy en dia, conseguir un sonido propio y que tu banda destaque por ese hecho, es un punto clave para acabar de conseguir la atención de todo el mundo. Tribulation es un claro ejemplo de banda que ha sabido aportar algo diferente, lo que unido a sus particulares ganchos compositivos, le ha asegurado como mínimo, un cierto estatus de reconocimiento. En una evolución que podría tener sus paralelismos con Sentenced, quiénes también nacieron bajo la música extrema y fueron alejándose con el paso de los años, experimentando y añadiendo elementos a su música, hasta encontrar su propia personalidad, Tribulation nos ofrecen su música oscura, alejada ya del sonido de sus inicios, y siguen jugando con toda su paleta añadiendo elementos punk, riffs hard-rockeros, detalles góticos...sin que nada desentone ni suene fuera de lugar. Este es un disco serio y perverso.

"Where the gloom becomes sound" arranca lento pero seguro. El tema de apertura "In remembrance" atruena sin tener que ser salvaje. Un viaje tenebroso que gana intensidad en los estribillos con esos coros grandilocuentes, dotando al tema de un desarrollo bastante épico. Imaginaros que The Cult fueran poseídos por seres infernales, y pasaran a vivir en las tinieblas, seguramente debutarían con un tema como "Hour of the wolf". "Leviathans" es un tema que se va construyendo por sí mismo, de un inicio que apenas promete nada, las melodías empiezan a surgir mientras el vocalista Johannes Andersson va gruñendo sus frases, proponiéndonos todo un gélido viaje. Sobre colchones de órgano y dulces arreglos descansa "Dirge of a dying soul", un tema espeluznante pero a la ves sutil y refinado. Espeluznante como el interludio a piano de "Lethe", que bien podría ser la banda sonora de una tétrica caja de música en la que una bailarina de porcelana desconchada baila en soledad.

A continuación, una de mis favoritas, por su frenetismo. "Daughter of the Djinn" promete poner patas arribas cualquier sala del planeta, en la añaden una gran dosis de rock movido a su fórmula alquímica para ofrecernos un nuevo hechizo. Más pasional y vigorosa parece esta segunda mitad del disco, ya que "Elementals" también nos ofrece otro conjuro de distorsión. "Inanna" recupera su lado ocultista, y "Funeral Pyre" es otro trallazo heavy metal old school pasado por su propio filtro. Se despiden por este disco con "The wilderness", un tema que suena totalmente grandioso, y que engloba a la perfección todas las facetas. Con un arranque movido, sus partes progresivas, y unos solos de mucho feeling. Algo así como aquellos temas largos y de mucho desarrollo que Iron Maiden componían en los 80.

Un disco perfecto para escuchar mientras ves como llueve en el exterior a través de la ventana, sentado en la penumbra de tu salón, mientras tus pensamientos se evaden en la oscuridad de los tiempos que vivimos. Un ejercicio muy notable de Tribulation por reclamar su trono de una vez por todas.