Tengo que reconocer que no disfruto haciendo reseñas de discos. Te centras más en analizar esto y aquello, que en disfrutar tranquilamente de lo que estás escuchando. Afortunadamente, hay veces en las que te encuentras juntando palabras mientras no puedes dejar de llevar el ritmo con los pies, y alguna vez tienes que soltar el teclado para aporrear la mesa.

Este es el caso de "Still believe in Rock&Roll". Yo nunca he dejado de creer, pues siempre encuentras esperanza aquí y allá, pero es que la frescura que desprende este disco es altamente contagiosa. The Wild! son de Canadá y me producen esa sensación de descubrir algo realmente bueno, pues me cruzo ahora con ellos, aunque tienen otro lanzamiento previo (no tardaré en hacerme con él).

Actitud y chulería que huelen a carretera. De haberlo escuchado antes, ya me lo habría aprendido de memoria durante el confinamiento. Mete en una cocktelera a AC/DC, Buckcherry y Backyard Babies y te harás una idea de lo que puedes encontrar. El disco abre con "Bad News", que la verdad de malas tienen pocas, porque menudo chute de energía. "Crazy(for you)" no puede ser más vacilona. "Nothin' good comes easy" es perfecta para corear con los amigos cerveza en alto. "High speed" desprende boogie sureño y acaba siendo puro combustible para una noche de desenfreno.

"King of this town" hará que te postres a sus pies, en señal de reverencia a los nuevos reyes del rock garajero, y si habías perdido la fé en algún momento, "Still believe in rock & roll" volverá a traerte a la parroquia de los guitarrazos. Volviendo a coquetear con el boogie, "Playing with fire" sólo puede prenderte las piernas en llamas, ya que te hará moverte de una manera u otra. "Young Rebels" tiene un punto más melódico, pero desprende camaradería. Camino al infierno nos vamos, con permiso de AC/DC, con "Goin' to hell". Chulería y actitud, coros para resaltar el mensaje, y una guitarra vacilona. Y hasta me sabe mal que acabe, pero "Gasoline" cierra la obra. Un tema en el que ya han echado suficientes galones para alimentar el motor, pues es casi una balada.

Discazo el que se han marcado y punto. La verdad es que no es buen momento para descubrir semejante obra, porque esto tiene que gozarse en una sala pequeña, con las paredes sudando, después de haber tomado un par de cervezas y brindando con un chupito de Jack Daniel's...

Yo si creo en The Wild!