En plan épico vuelven los holandeses Sinister con su nuevo lanzamiento, "Deformation of the Holy Realm". Lejos queda ya aquel "Cross the Styx", y lejos quedan ya la mayoría de los miembros originales también, pues sólo el vocalista Aad Kloosterwaard queda en pie de la formación que grabó aquel disco, y no haciendo de vocalista sinó que encargándose de la batería nada menos.

Un Aad que ha dotado a sus growls de una profundidad equirapable a las bestias más reconocidas del género. Esta marcha fúnebre de Death Metal de la vieja escuela empieza con eso, con épica. Una intro nos da la bienvenida a las puertas del infierno para prepararnos para lo que se nos viene encima. Como buen disco que se precie, empieza directamente a degüello con el tema que da nombre al disco. "Apostles of the weak" no da tregua, es agresiva y épica, y enlaza con "Unbounded sacrilege", de tiempos más marcados y unos coros que le dan otro aire a la canción.

"Unique Death Experience" muestra otra faceta más técnica de la banda, sin dejar de lado la agresividad, aunque si es cierto que por momentos reducen la velocidad. Un inicio tétrico da comienzo a "Scourged by demons", que vuelve a estallar para relajarse en su parte central, con un riff muy marcado, y volver a la brutalidad sin tregua. "Suffering from immortal death" incluye cambios de ritmo y varios solos, en otro tema alejado del Brutal más estricto. Es de suponer que la llegada de nuevos miembros, haya insuflado nuevas influencias a la banda, y que quieran explorar nuevos terrenos. "Oasis of Peace (Blood from the chalice)" no es sinó un espejismo de lo que te pueda inspirar su título, pues de pacífica tiene poco. "The ominous truth" es otra descarga de brutalidad con pasajes rompecuellos, incorporando algún destello atmósferico al incorporar teclados. Para terminar", la instrumental "Entering the underworld", que te deja una sensación malrollera en el cuerpo.

Buen lanzamiento de Sinister, que aprovecha para darle nuevos matices a su forma de entender el metal extremo, añadiendo algo de melodía por momentos, y manteniedo intacta la agresividad después de 30 años de carrera yendo un paso más allá.