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Con una semana que lleva editado, y tras varias escuchas, te olvidas de que hacía la friolera de seis años que la banda de Jaén no editaba nueva música. Y es que "The healer" fué editado en un ya lejano 2017, y han pasado muchas cosas desde entonces. Tuve la oportunidad de acercarme a su música en un concierto en Barcelona hace algunos meses, cuando el hambre por música en directo tras el parón pandémico era voraz, y sinceramente me engancharon con sus hipnóticas disquisiciones y sus cambios de ritmo. Tal vez el directo sea la mejor manera de sumergirse en su música, por que las luces, la puesta en escena y su entrega, acaban por redondear la experiencia inmesirva que requieren sus canciones, pero fué entonces cuando decidí sumergirme en su catálogo.

"Después no habrá nada" es su primer lanzamiento con Spinda Records, sello al que alguien debería reconocerle sus méritos y esfuerzos por dar visibilidad a nuevas bandas. Este lanzamiento lo componen 5 temas, por primera vez cantando en castellano si no me ha fallado mi trabajo de investigación. El primero de ellos es "Telarañas", de riff monolítico y melodías psicodélicas, con momentos furiosos y agresivos en las voces de Antonio. La música suena orgánica, lejos de estar sobreproducida, dando una sensación más veraz y real de lo que están interpretando, lo que ayuda a dejarse llevar por todo lo que nos cuentan e interpretan. "Telarañas" es un corte oscuro y denso, pero de fácil digestión. "Carcasa digital" te abstrae con sus sonidos siderales, mientras Alejandro ofrece todo tipo de ritmos con su percusión, y la guitarra de Miguel va intercambiando ritmos de inspiración arabesca con riffs pesados y pantanosos.

La tercera es "Aire", que empieza con acústica, transportándote a alguna estepa andaluza donde el viento discurre suavemente, mientras cierras los ojos y te dejas golpear por los cambios de ritmo entre los progresivo y lo alternativo. La intepretación vocal es en su mayoría desgarradora, aunque en algún momento transmite momentos de esperanza. Y así como llega, se va...abriendo los ojos, solo en esa estepa, sin saber que coño acaba de pasar. "Matriz" queda envuelta en multitud de efectos sonoros excéntricos, que sirven de adorno a los complejos ritmos y cambios que nos brinda la formación. Guardan para el final de este corte, uno de los momentos más doom de todo el trabajo, en el que parece que el tiempo se detiene, y como aquel cuadro de Dalí y la persistencia de la memoria, parece que los relojes puedan llegar a derretirse. Para cerrar este nuevo lanzamiento, nos aguarda el tema que da título al trabajo. "Después no habrá nada" condensa en unos extenos 12 minutos todo lo escuchado hasta el momento, poniendo énfasis en sus raíces, y mutando en varias piezas a medida que discurre la aguja sobre los surcos. De un turbio, tétrico inicio, pasamos a partes más agónicas, luego progresivas, que se vuelven agresivas y violentas, para luego relajarse y acabar tornándose ensordecedoras.

Si os gusta la experimentación, la personalidad y buscáis un grupo alejado de cualquier estereotipo de género o escena, que busca labrarse su propio camino, Santo Rostro es uno de los grupos candidatos a ocupar ese lugar.