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Los suecos Rian consiguieron con su primer álbum "Out of darkness" que el sello italiano Frontiers se fijara en ellos, y les ofreciera la posibilidad de editar su segundo álbum. Han pasado a cuarteto para este nuevo LP, añadiendo como segundo guitarrista a Tobias Jakobsson, lo que le ofrece nuevas posibilidades a su sonido, siempre bajo la astuta batuta de su líder Richard Andermyr, que tiene claro como quiere que suene su banda. Veamos que nos trae de nuevo el hard-AOR de Rian en su nuevo disco titulado "Twenty-three".

"Stop" es una buena pista de apertura, con el bajo marcando el ritmo, y las guitarras aullando con un buen riff. La melodía hace acto de presencia acompañada de la voz de Andermyr y los teclados que lo acompañan. Para "In the dark" grabaron un video, con el que presentaron la canción. Una pista elegante arropada por capas de teclados, que acolchan la suave melodía del estribillo, despuntando detalles a las guitarras. La elegancia y la sutileza son necesarias para cualquier disco del estilo, y las conjugan bien en pistas como "Where do we run". Más rockera les ha quedado la siguiente "Twenty-three", en una línea parecida a lo que ofrecen bandas como One Desire, o los más asentados Brother Firetribe. La nota sentimental la ponen en piezas como "For your heart", con un crescendo que estalla en el estribillo, cuando se incorporan los coros. Una de las pistas en las que el vocalista pone más a prueba sus cuerdas vocales. A continuación la armoniosa "We belong", frágil y emocionante, de sutil construcción.

"My ocean" es el tema más largo del disco, sobrepasando los 6 minutos, duración no muy frecuente en el estilo. El lento inicio hace que requiera más tiempo para desarrollarse, resultando un tema a medio tiempo, con idas y venidas, subidas y bajadas, picos de intensidad y un final grandilocuente que se funde con el mar. La inmediatez la recuperan con "Body and soul", en un estilo parecido al de los canadienses Harem Scarem. Unas guitarras muy Foreigner dan paso a "The passenger", otro tema largo, que incluye varios solos de guitarra, y transcurre por distintos estados de ánimo. Cerca del final encontramos otro pelotazo. "Stranger to me", vuelve a las guitarras duras que dan paso a los estribillos preciosistas, y cerca de su desarrollo final encontramos una de las partes más cañeras del disco. El punto final corre a cargo de "Your beauty", un tema muy AOR que aporta calidez y ternura.

Si bien es cierto que cumplen con todos los requisitos del género, y que el álbum fluye con total dinamismo, gracias a sus melodías de fácil digestión y la buena labor instrumental de todos sus integrantes, a los suecos les falta por encontrar su "Don't stop believin'", su "Lit up", o su "The final countdown" para conseguir destacar en un difícil mundo como el del rock melódico. El conjunto global es poderoso, pero se les resiste el cañonazo que les ponga en boca de todos para acabar de despegar, aunque aún es pronto y tienen tiempo por delante.