Redimoni1

La tregua al gélido clima que imperaba días antes, nos empujó a abandonar el calor de nuestros hogares, y personarnos en la Sala Zowi de Hospitalet de Llobregat, para asistir a la descarga que nos ofrecían las bandas Redimoni, que venían presentando su último trabajo "Downfall and penance", acompañados de sus vecinos Onirophagus, quienes a la postre, también aprovecharían para adelantarnos algunas sorpresas.

El suave clima, sin embargo, hizo que las ciénagas de la limítrofe El Prat de Llobregat, se extendieran hasta la localidad protagonista para darle más "caliu" al evento. Tras aprovechar la tarde para tomar algo y ponernos al día con los respectivos acompañantes, nos dirijimos a la sala en cuestión para ir reconociendo el terreno y ocupar posiciones (no en vano, para mi vergüenza, era la primera vez que pisaba esta sala). De humildes dimensiones, pero equipada con todo lo necesario para ofrecer un buen show y un buen sonido, la gente empezó a llenar la pista antes de que la banda telonera ofreciera su descarga. Con una respetable entrada, aunque lejos de llenar todo el aforo, los congregados sabían a lo que venían, y estaban bien dispuestos a arropar a los grupos, enviándoles todo tipo de muestras de respeto, admiración, e incluso chascarrillos que iban amenizando lo que pasaba sobre las tablas.

Los primeros en descargar fueron Onirophagus, que jugaban en casa. Los que los conocen, que en la sala no eran pocos, ya saben que esperar de su death/doom. Recibiéndonos a todos dando la espalda al respetable (gesto que repetirían en varias ocasiones antes de empezar un tema), para darle más intriga a su presentación, no tardaron en mostrar su buen hacer con los ritmos lentos propios del estilo. Sin embargo, no todo es puro doom en sus composiciones, y es que cuando menos lo esperabas, se arrancaban con cambios de puro death metal old school, que ponía al respetable público en movimiento. Fueron así cayendo temas de su discografía (que comprende 1 EP y dos discos) como "Dark River", "Baikal" o "Feverish". Aprovecharon también sus, a la postre escasos porque se nos hicieron cortos, 40 minutos de presentación, para introducir dos temas nuevos, que formarán parte de su próximo disco, del que no tenemos más datos todavía, pero que no tardará en llegar. Si no las entendí mal, fueron "Land sickness" y "Black blue", las que debutaban en su repertorio. Su vocalista Paingrinder, aprovechó para dar más énfasis a estos nuevos temas, dándoles más teatralidad, poniendo casi los ojos en blanco mientras las cantaba, poniéndose de rodillas, y dotando a los temas del dramatismo necesario. La banda funcionó a la perfección, sonando tanto las guitarras de Moregod, Shogoth y Obszen, como el bajo de Sir Bellum y la batería Uretra, en su sitio, y con el volumen justo y necesario. Su descarga pasó casi como un suspiro, y a mi personalmente me dejaron con ganas de más porque realmente los estaba disfrutando. Mención a parte, a uno de los diseños de las camisetas del merch, que lucía de lujo con un diseño que me recordaba a Behemoth, y que también presumían en dos lonas a ambos lados del escenario.

Tras una breve pausa, ya que no había que cambiar backline porque era compartido, y tras un paso por la barra y la zona de fumadores (a ver si dejamos de visitarla de una vez...pppffff), llegaba el turno de los thrashers Redimoni. Había ganas de su concierto, porque sus últimos lanzamientos nos tenían enganchados, y en directo todavía debían sonar más aplastantes. Poco nos equivocamos.

La cosa ya se presentaba épica tras aparecer su guitarrista/vocalista Carles con la ya característica túnica de monje y sus "espardenyes", bien flanqueado por el enmascarado Cesc al micro, con quien compartía labores vocales. Jorge tuvo algunos problemas al inicio con sus pedales, pero no tardaron mucho en solucionarlo, por lo que finalmente, quedó en anécdota, aunque durante algunos segundos, tenía cara de estar pasandolo mal. Búfal al bajo era de los más animados, haciendo headbanging sin parar y acercándose a sus compañeros en varios momentos, y Alex a la batería hacía de la pegada su bandera.

Arrancaron su set con "As the soul leaves the body" de su anterior EP. Todo sonaba de lujo y sus dos vocalistas se iban alternando las letras, cada uno con su timbre característico. Cesc en un papel más protagonista, y Carles dando la réplica con esos agudos tan personales. Cayeron un buen puñado de temas, hasta 19 más un regalo que cayó de forma improvisada. En su set, nos deleitaron con cortes como "Infernal" de un lejano ya 2008 o "Death shall come to us all". Tras "Ancient buried secrets", empezó formalmente la presentación de su nuevo EP, el segundo de lo que conforma una triología, con "Portents of the end time". De este trabajo cayeron todas en su integridad, alternándolas eso si, con temas de toda su discografía. "Set fire to their lands" fué de las que más animó al público, que cantaba al unísono el estribillo. Y es que no olvidemos que Redimoni llevan en activo desde el año 2000, y ya tienen unos cuantos lanzamientos, de entre los que seleccionar el repertorio. Eso si, se notaba que tenían especial cariño por aquellos temas más añejos, como "Defenestration" y "Despertaferro" de su debut. Seguramente tengan mucho que agradecer a temas como estos, que sin duda, los han llevado hasta donde estan hoy.

La descarga fué muy animada, todos sus integrantes estaban disfrutando, al igual que el público, y todo ello era fruto de los temas y del dinamismo del show. Cesc iba cambiándose de máscaras (hasta tres recuerdo ahora mismo), utilizaba un crucifijo para hacer air-guitar, y se peleaba con el pie de micro que ya no sabía donde dejar. Todo un nervio. Jorge nos obsequió con buenos solos, que se iba compartiendo también con Carles, y Búfal era un show también en sí mismo, animándose incluso a bajar entre el público con su instrumento.

Del frenesí generado en la sala al finalizar el concierto, se gestó la brutal idea de cerrar el show con una tema compartido entre miembros de Onirophagus y Redimoni, que se marcaron a modo de fin de fiesta una versión del "Outbreak of Evil" de Sodom. Tras bajarse de las tablas, se mezclaron con la gente y la fiesta continuó un rato antes de tener que desalojar el local.

Una buena tarde-noche con producto de proximidad, de calidad y variedad.

Por último, agradecer a Pick Prods su buen hacer organizando esta velada.