De un tiempo a esta parte, no os podéis imaginar lo que me está costando encontrar ratos para poder degustar, como antaño, cualquier disco que caiga en mis manos con la atención y la dedicación que merece. La maldita pandemia ha cambiado tanto mis hábitos, que encontrar un rato en el que estar solo y tranquilo, cuesta más trabajo de lo que parece, más allá de lo que pueda ser escuchar música en el coche. Entre clases virtuales de los peques, teletrabajo, nuevos horarios y mierdas varias, no hay quién pueda organizarse para escuchar música con todos los sentidos enfocados a lo que se te viene encima.
Pero por fin, he encontrado un ratito para darle al play a la nueva ofrenda de los barceloneses Ósserp. "Els nous cants de la Sibil.la" llega cinco años después de su predecesor (y era un split con Assot), así que han tenido tiempo más que suficiente para afilar todas sus armas y saltar a degüello al campo de batalla. Cuando acaba su reproducción, me viene a la mente cualquier llanura de la serie Vikings tras una encarnizada orgía de sangre. Son nueve temas, a cada cuál más endemoniado y enfermizo. No en vano, el personaje mitológico de la Sibil.la, es quién se encarga de anunciar el fin del mundo, así que seguramente podría estar escuchando este disco en sus AirPods.
Ósserp demuestran tener la maquinaria bien engrasada así de buenas a primeras, con un machetazo de categoría como "Cavalcant l'ossa menor". Aquí no hay tiempo para intros ni historias, si no para soltar como un vendaval sónico, cinco años de contención discográfica. La torta a mano abierta es considerable. "Tot crema" no podría ser de otra forma sino incendiaria. Los trabajos a las guitarras de Dani y Ben estan a la altura de cualquier hacha del género al que podáis referiros, así como la batería de Alex, atronadora durante todo el plástico. "L'engany" nos da una pequeña tregua en su inicio, aunque mantiene la tensión, y nos muestran una faceta algo desconocida de su sonido, con unos tempos más lentos y pesados de los que nos tiene acostumbrados. Por una senda parecida discurre al principio "El pes del buit", en la que podemos apreciar en algunos pasajes hasta sonidos industriales. Cuesta creer lo brutales que pueden sonar mostrándose tan poetas con títulos como "L'abraçada del destí", una de mis favoritas con esos momentos cercanos al death'n'roll.
"L'home en el laberint" se acerca por momentos al thrash, aunque es muy death old school y su solo recuerda mucho a una banda en la militaban Jeff Hanemann y Kerry King. En "La rèmora" nos vuelven a girar la cara de un guantazo con toda su energía furibunda, ritmos pesados y riffs cortantes. El final se acerca con la reproducción de "L'home més fort", un tema en el que mantienen el tipo a la altura del resto, exhibiendo músculo a base de contundencia. "Lluna Negra" cierra este lanzamiento de forma más atmosférica, en una onda más blackened, y así consigue que el resultado final se vaya diluyendo hasta dejarnos completamente en silencio.
Cinco años son demasiados para disfrutar de nuevos temas de una banda de la categoría de Ósserp, así que esperemos que el próximo no se haga tanto de rogar. Si eres amante del extremo, tienes aquí una escucha obligada que no te dejará indiferente en absoluto. Una buena forma de agitar la cabeza mientras el mundo se acaba de ir a la mierda.
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.