Llegábamos a la parte final del concierto, que tras casi dos horas iba dejando publico completamente extasiado y verdaderamente alucinado.
La pegada de los dos bateristas (Dan Rincon y Paul Quattrone), el fuego perpetuo de Dwyer como líder total en la guitarra, sintetizador y voz, la fantasía del teclado de Dolas y el dinamismo de Tim Hellman (bajo), crearon unas sensaciones inquebrantables en una noche para recordar.
Si te gustan King Gizzard & the Lizzard Wizzard, que por cierto tocaban tres noches seguidas ese mismo fin de semana en Barcelona, Osees son sin duda imprescindibles en tu hilo musical diario.