Había ganas de ver a los americanos MojoThunder sobre un escenario, sobretodo después de echarle el guante a su disco debut "Hymns from the electric church". Un trabajo que si, seguramente no brille por su originalidad, ya que sus influencias están más que claras, pero los temas que componen destilan elegancia y buen hacer. La banda de Kentucky editó en 2018 su primer EP, en el que ya pudimos apreciar su pasión por The Black Crowes, cosa que se ha visto acentuada y reafirmada tras la edición por su primer LP. Y por fin, gracias siempre al fino pico de la gente de Rocksound-Acaraperro, nos llegó la oportunidad de verlos sobre un escenario.

Curiosamente, en las cervezas previas al concierto, nos llamaron la atención un par de tipos, con pinta de extranjeros, que deambulaban por los alrededores con aire de ir bastante perdidos. No nos equivocamos al afirmar que eran dos de los miembros de la banda...Tras terminar nuestro pertinente coloquio, nos dirigimos a la bien equipada Sala La Textil. No había mucha gente esperando, pero las buenas entradas que habíamos ido viendo en el resto de la gira, nos hacían esperar una afluencia bastante nutrida. Y así fué. Aunque en esta ocasión no se llegó al lleno completo, unos largos tres cuartos del aforo debían estar vendidos de antemano para ver a los americanos.

Tras el pertinente encuentro y saludo con conocidos varios, nos posicionamos frente al escenario para ser testigos de todo de pimera mano. Sin preámbulos, los americanos aparecieron sobre las tablas, enchufaron sus instrumentos, y sin apenas saludar, arracaron con su enérgica "Bulleit". Aquello prometía porque sonaba de maravilla. Como instrumentistas van más que sobrados, y su guitarrista Bryson Willoughby tiene mucho talento para sacarle mucho partido a su instrumento (ya veremos más adelante porque tuvo que tirar de todos sus recursos posibles), al igual que Sean Sullivan, que tiene muy buena garganta. Sin apenas pausa, enlazaron con "Rising sun" y "Babylon". El bajista Andrew Brockman es todo un espectáculo, pegándose unos bailoteos de campeonato durante todo el concierto, al alcance de muy pocos. En serio, no os imaginéis el típico movimiento de cadera, porque estaba más cerca de un Travolta en "Saturday night fever" sin dejar de tocar su instrumento. Un tipo la mar de feliz.

Los ecos de The Black Crowes, Georgia Satellites, e incluso de los más contemporáneos Blackberry Smoke, revoloteaban por toda la sala con las canciones de MojoThunder. La reposada y elegante "Soul", en la que su cantante lo clavó todo, y la cañera "Fill me up" seguían elevando el listón. El show iba viento en popa. Pero algo se torció por el camino...No sé si fué mala pata, o por la brutal pegada que tenía su batería Zac Shoopman(en serio, le daba muy duro), uno de los parches de su kit se rompió, por lo que tuvo que ausentarse un rato para poder cambiarlo. Lejos de parar el concierto, sus tres compañeros improvisaron una jam en la que tiraron de todos sus recursos y buen hacer. El cantante, Sullivan se sentó en lo que quedaba de batería para marcarles el ritmo a Willoughby, que hizo gemir, gritar y llorar a su guitarra, mientras Brockman también tuvo tiempo para lucirse y seguir pegándose bailoteos. Desgraciadamante, aquello se alargó más de lo que les habría gustado, y rompió bastante el ritmo del show.

Tras el incidente, volvieron a retomar el set-list. Lo intentaron con "Fine", "Evergreen" "Step by Step" (creo que algunas de ellas eran nuevas, porque no me sonaban de nada) y algunas otras, pero un cariz más moderno (más en una onda de los últimos Black Stone Cherry) y menos arraigado de las composiciones que formaron parte de este bloque del show, no terminaron de volver a prender la llama. Además, me da la sensación que recortaron su repertorio, visto lo que tenían anotado en sus propios set-lists, y que incluía hasta un versión de Neil Young, que también obviaron. No fué hasta el final, con la sureña "Untitled #69" y la acedeciana "Jack's Axe", que consiguieron volver a reconectar con la audiencia, no sin que también su líder rompiera una cuerda de su guitarra, aunque aquello fué más anecdótico, y pudieron proseguir sin más.

Tras finalizar el show, la banda se mezcló con el público para intercambiar impresiones, recibir felicitaciones y atender el puesto de merch. Un buen show, que se vió, en general, bastante lastrado por el incidente con la batería. Pese al incidente, si noté una reacción diferente ante los temas más rockeros, sureños y clásicos, y ante los temas más modernos. Habrá que estar atentos a su siguiente lanzamiento para ver a donde dirigen sus siguientes pasos.