Con "Ashspawn", los blackers belgas ENTHRONED lanzan el segundo capítulo de su nuevo álbum: una violenta declaración de transformación a través del fuego. Condensada en cuatro minutos y medio de caos controlado, la canción encarna la doctrina central del disco: la destrucción espiritual como catalizador de la trascendencia.
Impulsada por la percusión cegadora de Menthor y los riffs serpenteantes de Kaos, “Ashspawn” oscila entre la velocidad salvaje y el control rítmico preciso. La abrumadora densidad de la producción evoca un combate ritual: cada acorde disonante y cada blast beat colisionan como un acto deliberado de aniquilación y renacimiento. La voz de Nornagest, a la vez conjuro y condena, canaliza el núcleo lírico de la pieza: « Soy el azote de la derrota de Dios, el semen en su ojo ». Lo que comienza como un himno de ruina se convierte en una declaración: «Et Verbum Caro Factum Est» —« Y el Verbo se hizo carne »
Con el lanzamiento de su duodécimo álbum, Ashspawn, ENTHRONED marca un nuevo capítulo en su reinado de tres décadas de black metal ritualista. Concebido a lo largo de seis años de creación deliberada, el álbum emerge como una autopsia y una resurrección a la vez: un descenso a la muerte espiritual seguido de la sublimación del renacimiento. Escrito en estrecha colaboración con el autor ocultista Gilles de Laval, Ashspawn canaliza la praxis arcana, el cálculo metafísico y la cartografía esotérica en una obra que es tanto invocación ritual como música. Es la culminación de la visión inquebrantable de Enthroned: un arma de transformación forjada en el fuego y la oscuridad.
Más de tres décadas después de su creación, Enthroned se mantiene firme en su propósito: no replicar el pasado, sino realinearse con las fuerzas que los engendraron. Ashspawn es el testimonio de esta alineación, un arma ritual que rechaza la nostalgia y el compromiso. Es una resurrección del espíritu a través del sufrimiento, una reafirmación del lugar de Enthroned entre las entidades más visionarias del black metal.
