Adrian Smith y Richie Kotzen han lanzado "Black Light", el segundo sencillo de su nuevo segundo álbum. Viene acompañado de un video dinámico y de múltiples capas, nuevamente producido y dirigido por Kevin y Richard Ragsdale, también conocidos como The Ragsdale Brothers (Daughtry, Dorothy feat. Slash, Theory of A Dead Man), y en el que el dúo actúa con la bajista Julia Lage y el baterista Bruno Valverde, junto con la aclamada acróbata, contorsionista y exartista del Cirque du Soleil rusa Gyulnara Karaeva.
“Black Light” fue una canción que casi no llegó al álbum hasta que una sesión nocturna les permitió conseguir un gran éxito en el estudio. Y es una suerte que lo hayan conseguido, ya que no solo es una canción sobre el engaño y la decepción, donde la luz negra es una metáfora que revela la verdad sobre una persona que se esconde bajo la superficie, sino que se ha convertido en un verdadero punto culminante del álbum, incluso prestando su nombre al título del álbum. Con la ayuda del fotógrafo británico John McMurtrie, también inspiró la portada del álbum con sus luces ultravioleta que captaron pintura especial sobre las guitarras Fender y Charvel personalizadas de palisandro y negro.
“Fue un video divertido de hacer”, confirma Richie, “como lo han sido todos cuando tocamos juntos. Agregar la sección de presentación con UV fue fantástico y nos hizo recordar la sesión de fotos del álbum que hicimos en Londres el año pasado”.
"Nuestro amigo Gyula realmente le agregó algo", agrega Adrian, "¡ayudó a la narrativa de la canción de que todo no es lo que ves!"
La canción en sí se desarrolla con un ritmo de batería atronador y un riff hirviente, antes de que la voz cruda y blusera de Adrian explote en los altavoces, complementada por los tonos de rock más agudos de Richie. Un puente dramático conduce a un coro espectacular, que demuestra la calidad y los ganchos contagiosos que se encontrarán en el próximo segundo álbum, Black Light / White Noise, que se lanzará el 4 de abril.
Grabado en The House, Los Ángeles, California, producido por Richie y Adrian y mezclado por Jay Ruston, el álbum de diez pistas es una clase magistral de rock moderno, con los prodigiosos talentos de Adrian y Richie como compositores, músicos y vocalistas en plena exhibición.
