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El pasado 17 de octubre, la magnifica Sala Salamandra, nos ofreció un comienzo de fin de semana totalmente fascinante, con una noche que nos trajo grandísimos conciertos, sorpresas inesperadas y la confirmación de que los alemanes Kadavar ya son una de las grandes bandas de nuestro tiempo.

Encontramos a los alemanes de Kadavar, los noruegos de Slomosa y los australianos de ORB. ¡Una mezcla de culturas magnificas y diferentes, que no podíamos perdernos por nada del mundo! y esto gracias a unos organizadores de lujo Madness Live!. 

Descubrimos al trío ORB para empezar la noche. Sin pretensiones, la banda nos ofrece un stoner efectivo. Obviamente, encontramos el sonido potente y pesado que caracteriza el estilo. Sin embargo, las composiciones ofrecen algunas sorpresas, especialmente con ritmos deconstruidos, que a veces rozan el jazz, con larguísimas improvisaciones que a veces se hacen un poco pesadas, creando momentos en el que el oyente se desconecta de la banda.

Las voces, son muy de la vieja escuela, lo que encaja a la perfección con el cartel de la noche. Las partes instrumentales son bastante largas y nos sumergen en una especie de letargo y como he comentado anteriormente crean alguna que otra desconexión de su propuesta.

"ORB" nos recuerda al instante la influencia de Black Sabbath, con riffs y ritmos en la misma línea que "War Pigs". Algunas canciones son un poco más contundentes y dinámicas. La sala se llena a medida que avanza el concierto y los australianos terminan ante un público bastante importante de aforo. 

El público espera con muchas ansias a los noruegos Slomosa. El telón que tapa el escenario empieza a levantarse y estos todos ¡listo para el rock desértico al mas puro estilo nórdico! Los músicos están cerca del público y entre sí. Esto contribuye a la atmósfera de proximidad que crea su magnifico stoner. Slomosa desprende un aura de cercanía y simpatía. El fuzz está muy presente en su música para el mayor deleite de todos los fans. Las composiciones son cautivadoras, largas y rítmicas. El sonido es de una calidad impresionante. Su concierto es muy enérgico y la sala entre en total locura.

A veces da la impresión de una improvisación compenetrada entre Benjamin Berdous Tor Erik Bye , quienes parecen estar divirtiéndose y disfrutando en el escenario. El concierto aumenta de intensidad y, a pesar de un ritmo relajado, los riffs se vuelven cada vez más frenéticos y pegadizos. Las luces se encienden, y luego los cuerpos en el foso también muestran cada vez más movimiento. Se abre un foso y toda la zona de adelante de la sala es un hervidero. El sonido se vuelve masivo y potente. Benjamin incluso termina en la barrera de seguridad, cerca de un público encantado y muy efusivo.

Slomosa ha vuelto a conquistar al público de Barcelona con su buen hacer, un sonido extraordinario y una conexión muy cómplice con los espectadores. 

Vamos con el plato fuerte y seguimos con Kadavar . La banda es la cabeza de cartel, pero varias personas en la sala afirman haber venido para Slomosa . Sin embargo, encontramos un público que espera con mucho entusiasmo a la banda alemana.

Hay que decir que los alemanes no han estado de brazos cruzados! Después de lanzar I Just Want To Be A Sound el pasado mayo, se están preparando para lanzar KIDS ABANDONING DESTINY AMONG VANITY AND RUIN (abreviado KADAVAR) el 7 de noviembre.

Visualmente los germanos son una banda que derrochan mucha clase con una imagen muy potente y outfits muy clasicos dentro del rock. Musicalmente, vamos por el aspecto hard rock / stoner, a veces doom y a menudo Rock Old School. Su música y sus ritmos son particularmente efectivos.

Tiger Bartelt tiene una actuación esplendida a las baquetas. Se toma descansos, a veces dan un poco la sensación de estrella de rock, y sus amplios movimientos tienen un aspecto muy coreografiado. Simon Bouteloup (bajo) ocupa el centro del escenario y su carisma es innegable y sus bailoteos son muy sensuales. El sonido de las guitarras de Lupus Lindemann Jascha Kreft está particularmente trabajado y los efectos están justo donde se necesitan y cuando se necesitan.

Canciones y ritmos de carácter bastante accesibles. El lado a veces suave de ciertos temas contrasta con el rock desértico que antes nos había ofrecido Slomosa. La sala, estaba disfrutando de lo lindo y las primeras filas ya eran un descontrol total. Los pasajes musicales más ambientales nos llevan a un viaje de disfrute, tanto lejano como interno a nuestra alma Rockera. La banda regresa para ofrecer un bis a un público encantado de haber podido disfrutar de semejante setlist de canciones entre clásicos y nuevos temas.

Sin duda después de terminar de ver a Kadavar, nos quedo a todos los allí presentes bien claro, que los alemanes ya son una de las grandes bandas de nuestro tiempo y que dure.