Pocos placeres mundanos más hay en la vida, como ponerse un disco de Rock & Roll y simplemente disfrutar. Escuchar unas canciones que divierten y te hacen olvidar durante un rato que una pandemia ha alterado la vida de todo el planeta, que estás hasta el moño del teletrabajo y alejan otras preocupaciones de tu cabeza. Me da igual si suena a AC/DC, o a Airbourne (que al fin y al cabo suenan a AC/DC también). Hardbone hacen lo que hacen, y lo hacen bien. Estos alemanes llevan ya desde 2006, y han ido ganando enteros con el paso de los años. Este "No frills" es absolutamente disfrutable, y es de las entregas más sólidas que les recuerdo. No hay sitio para el relleno y todos los temas te harán mover de una forma u otra.

Un disco que rezuma hard-rock de voz cazallosa, con buenas melodías, gancho y energía. Si bien la mayoría de los temas estan igual estructurados con sus estrofas-estribillo-solo que te sube hasta las nubes, todas son efectivas y te levantan el ánimo. Aquí no hay florituras, es rock directo de sala pequeña, con el que bailar mientras salpicas de cerveza a todo aquel que te rodea. Ni falta hace entrar a analizar los temas, pues todos puntúan con nota. Destacar el trabajo a las guitarras de Sebastian Kranke y Tommy Lindemann, y los riffs que son capaces de fabricar estos impersonators de Angus y Malcolm Young.

Voy a afirmar con rotundidad que estamos ante su mejor disco hasta la fecha, y lo peor de este mejor disco, es que no tengamos fecha para gozarlo en directo.