Que gozada el volver a disfrutar de estos locos nipones, con sus chaquetas de cuero, los japoneses Guitar Wolf nos entregarían un concierto como siempre muy crazy. Con una imagen tan clásica, su imagen y outfit representa la pura nostalgia rockanrolera, toda imagen inspirada en las clásicas 613 Perfecto.
Dejando de lado la parte estética, con los nipones lo que pudimos sentir fue el olor a gasolina y a piel desgastada de sus botas, esta mezcla de olores se fusiona con una sensación de peligrosidad sobre el escenario.
Claramente y aunque pueda parecer inverosímil, los japonenses son al mismo tiempo destrucción y profesionalismo, lo cual no quita que una vez terminado su concierto te dejan con la sensación de estar noqueado, aturdido, sordo y no saber muy bien lo que acabas de ver sobre el escenario. Pero lo que, sí que te queda claro, es que esa mezcla de sensaciones, hace que todo el conjunto sea una experiencia inolvidable y por qué no, algo casi especial.
Tarea imposible intentar adivinar los diferentes temas que fueron disparándonos, pudimos discernir y disfurtar gracias a sus estribillos temas como “Jet Generation” o “UFO Romantics”, todo por supuesto mientras miembros de la banda pasaban por encima de nuestras cabezas, como no gente del publico subiéndose al escenario para intentar tocar la guitarra o revolcarse junto al cantante por el suelo, vamos una autentica locura. Los Japos son especialistas en deconstruir temas de otras bandas y llevarlos a un terreno propio y indescifrable, ya sea “Kick Out The Jams” de MC5 o “Rumble” de Link Wray, que pasados por sus instrumentos son temas llevados a la trituradora sónica.
Todos llegamos a la misma conclusión, Guitar Wolf para demostrar la actitud de la que siguen haciendo su señas de identidad y que otras bandas se han dejado por el camino, nos quedo claro nada más subirse al escenario, tanto Seiji como Gotz, vaciaron en su gaznate una lata de cerveza al trago como si nada, gasolina rockera para prender su motor y aplastarnos a todos.
Javi Metal
Un poco de mala hostia.
Una porción grande de locura.
Unas rayitas de alegría e ilusión.
Y como siempre bastante cabezón.