Ya hace un tiempo que el Heavy Metal tradicional vive una segunda juventud, en una etapa avidada por bandas como Enforcer, Night Demon, Striker o Visigoth, por poner algunos ejemplos. Para reclamar el cetro de ese trono vienen también los americanos Greyhawk. Desde Whashington llegan con su primer larga duración "Keepers of the flame". Un disco enraizado en el Heavy Metal primigenio que se gestaba allá por los albores del género. Pero enraizado no sólo en sus temáticas o estilo, sinó hasta en el sonido de la época. Desconozco el motivo de dotar a los lanzamientos actuales de producciones dignas de los años 80, ligeramente actualizadas, pero con ecos del siglo pasado. Imagino que el hecho de evocar a la nostalgia...

Como un presagio de los que nos viene encima, "Gates of time" abre el disco, supongo que para transportarnos a otra época, y enlazar con "Frozen star". Un clásico tema de apertura de piñón fijo y pie en el acelerador. Con brujería y epicidad de por medio nos entregan este primer tema, de Heavy Metal 100%. "Drop the hammer" le va a la zaga, guitarras afiladas, batería a todo trapo y coros en el estribillo. "Halls of insanity" me recuerda a Hammerfall pasado por un filtro del tiempo. Si es cierto que Greyhawk se desmarcan ligeramente de las bandas mencionadas anteriormente, al incluir solos algo más virtuosos. "The rising sun" es un tema lento, con un crescendo épico para la parte del estribillo.

"R.X.R.O" suena a cuando Yngwie Malmsteen hacía buenos discos. Punteos de guitarra y escalas dominan este tema instrumental. "Don't wait for the wizard" es otra muestra más de hasta donde puede llegar el falsete de su cantante, Rev Taylor, en un tono parecido al de King Diamond, en otro tema de origen clásico. "Black Peak" es un tema largo, que se desarrolla por varios ambientes y un gran acelerón final. "Masters of the sky" se gasta hasta un punto hardrockero, ya que bien podría ser un tema de Kiss. Cierra el disco "Keepers of the flame", de desarrollo lento, casi prestando más atención a envolver la historia que se está contando, dotando a las melodías vocales de gran epicidad.

Y esta es nuestra impresión de este disco. Si Conan tuviera un walkman mientras cruza Cimmeria, escucharía a Greyhawk. Greyhawk beben de muchas influencias, no sólo del heavy clásico, y asi lo dejan patente en sus composiciones. Envuelven a sus temas de detalles técnicos y son capaces de crear grandes ambientes épicos. Una cosa a mencionar, al menos a mi parecer, son los registros de su cantante. Pese a tener muchos matices en su voz, creo que es de esos a los que se adora, o a los que no, pues tiene unos timbres muy particulares.