Cuesta enfocar una review, cuándo te toca escuchar alguna banda de un género al que no eres muy afín, así que vaya por delante que esto es simplemente una opinión personal. Graveyard of Souls son una banda de Burgos, formada por Angel Chicote y Raul Weaver, y llevan desde 2012 editando discos con cierta regularidad, siendo este "Infinity equal zero" que nos oscupa, su séptimo lanzamiento. Su música no es fácil de clasificar, pero lo más aproximado sería decir que navegan entre el doom y el death melódico, centrándose más en la amplificación de sentimientos que en la brutalidad y la velocidad per se. No encontraremos aquí cavalgadas salvajes, baterías atronadoras ni guitarras destripadoras. Lo suyo está mucho más centrado en transmitir oscuridad a base de ritmos marcados y detalles puntuales.
El disco lo abre "Madre", un tema cantado en castellano (encontraremos alternancia con el inglés durante la reproducción del disco), y que es uno de los más vigorosos del álbum. Seguramente este primer tema sea el que deja una sensación más de libertad o positivimo, ante la negrura que nos acecha. Ritmos lentos, acompañados de baterías simples con destellos de complejidad. La siguiente "Children will be the last", ya dibuja otro cuadro bien distinto. Más tétrica, oscura y con un riff muy doom, con algunas ambientaciones pasajeras que le dan un aire más místico. No os voy a engañar, pero a mi se me ha hecho algo repetitiva. "Mil planetas te dicen adiós" supera los 9 minutos, pero lejos de hacerse anodinos, los burgaleses se toman su tiempo para que la canción crezca por si sola. Las guitarras le dan un toque épico interesante y la batería marca el ritmo sin tomar protagonismo, mientras Angel nos cuenta la historia con sus guturales y narraciones puntuales. Tiempo también para un pasaje muy desnudo que le da un toque de belleza etérea, con un sólo de Raul muy bien ejecutado (destacar que Raul se encarga de todos los instrumentos).
El doom con tintes melódicos predomina en "Distant Star", un tema que por el tratamiento de las guitarras, sobretodo los punteos, me recuerda a Paradise Lost. Momentos más salvajes nos aguarda este tema, en el que transitaremos por varios cambios de ritmo bien enlazados. Por el mismo camino nos llevan en "Eres libre", tras una introducción que transmite frialdad y que da paso al lento lamento de las cuerdas de sus guitarras. Este es el tema más extenso del disco, muy doom y con un interludio en su ecuador. Llegamos al tema más desafiante del disco, que es "Entre el todo y la nada". Nada más empezar, se nota otra energía, más rabioso e iracundo. El punto final lo pone "Time to leave", un corte igual de doom pero que suena algo más optimista. En este caso, es un tema instrumental, y realmente, suena a despedida alegre en la que nos despojan de las ataduras a las que nos han sometido durante el resto del álbum.
Para concluir, remarcar este viaje por un oscuro túnel con final feliz. Como os decía, no estarían entre lo destacado de mis gustos personales, pero no por falta de calidad, sino por falta de afinidad con el género. Vosotros, si sóis amantes del extremo y del género que nos concierne, ya deberíais conocerlos, y si no, deberíais darles una oportunidad, porque la música trata de evocar sentimientos, y eso Graveyard of Souls, lo cumplen con creces.
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.