graspop-2023

Parece mentira, pero el hecho de saber que te enfrentas al último dia de cartel, te hace sacar fuerzas de flaqueza, y te rejuvenece la idea de tener por delante algunos días de descanso, aunque sea en el trabajo. A este nivel de puretismo estamos...Se supone que la última jornada iba a empezar tempranera, porque uno de mis acompañantes (y redactor de esta web) tenía entre ceja y ceja el concierto de Eclipse. Por suerte, aportando la multitud de veces que nos visitan en nuestro país, y echándole en cara que a su último concierto, y gratuito, en el Ripollet Rock, no asistió, logramos quitarle la idea de la cabeza y retrasar un poco nuestra llegada al festival. Hoy el tiempo nos tenía preparadas algunas sorpresas, ya que apenas veríamos el sol en todo el día, y en algún momento tuvimos que tirar de chubasquero (lo cuál, que queréis que os diga, fué un regalo de los dioses del metal). Una cuarta jornada a pleno y justiciero sol habría sido la muerte...

Llegamos algo más tarde de lo previsto, cuando los alemanes Kissin' Dynamite estaban sobre las tablas de uno de los escenarios grandes. Y oigan! Que sorpresa! Que sonidazo, que actitud y que conciertazo se marcaron. Estos si que consiguieron que marque a fuego su próxima visita a nuestras tierras, ya que no les he podido ver nunca en sala cerrada por una cosa u otra. Buen trabajo chicos! A continuación llegaba el elenco estelar auspiciado bajo el nombre de Elegant Weapons...y menuda decepción. Pero decepción mayúscula. Si bien su disco suena bien, y no me desagrada, en directo son una banda sin alma ni espíritu. Faulkner se limita a ser el guitarra de Judas Priest en otra banda, Ronnie Romero cantará muy bien, pero para mi tiene 0 carisma, y el resto simplemente cumplen. Un concierto de lo más aburrido, sincera y honestamente. Es mi humilde opinión. Por suerte, después de ellos Skid Row nos sorprendieron gratamente. Es más que evidente que el fichaje de un frontman como Erik Gronwall les ha revitalizado, y de qué manera. Aquello fué una sucesión de hitazos del primer y segundo disco, interpretados estupendamente y con actitud. Menos "The gang's all here", todo fueron temas de "Skid row" y "Slave to the grind", y ante ese repertorio, muy mal tienen que salir las cosas para no salir contentos.

Después de algunos conciertos en los escenarios grandes, nos fuimos a la carpa pequeña para ver la actuación de Deathstars. Hacía muchíiiiiisimos años que los vimos por última vez, y tenían nuestra atención. Intercalaron temas de su reciente "Everything destroys you", con clásicos de su discografía como "Death dies hard", "Night electric night", "Tongues", "Blitzkrieg" o "Cyanide", con la que cerraron. Dejaron muy buen sabor de boca con su metal industrial poperizado. Ganas de verles de nuevo por aqui con su propio espectáculo. Después de esta satisfactoria descarga, volvimos al escenario principal para ver como las gastaban Avatar en un escenario grande. Ya habréis leído mi opinión sobre ellos en algún artículo, y su concierto no sirvió en absoluto para cambiarla. Me aburrieron soberanamente, y hay momento en que no le veo ni pies ni cabeza a su propuesta. Algo no debe encajar en mi cabeza, porque no entiendo su éxito. Pero bien por aquellos que los disfruten.

Nos quedamos en los escenarios gemelos a ver a Three Days Grace, para tener un buen sitio para ver el posterior pedazo de historia que actuaba de nuevo en el otro escenario. Los canadienses no me gustaron nada, me aburrieron y mi cabeza ya corría el peligro de entrar en bucle, y con el cansancio acumulado, no volver a remontar. La gente parecía estar encantada con su actuación, y a mi no dejaba de sorprenderme, pero es que es con algunas de estas bandas modernas, con las que sale mi vena de viejo gruñón y cascarrabias. Me flipaba cuando su cantante Matt Walst pedía circle pits al inicio de algún tema, y luego aquello parecía una balada...Por suerte para mi, su actuación llegó a su fin y daban paso a Generation Sex, banda que juntaba sobre el escenario a monstruos de la talla de Billy Idol (que placer verle por fin sobre un escenario, aunque sigo prefiriendo poderle ver algún dia con Steve Stevens), Tony James, Paul Cook y Steve Jones. La flor y nata de bandas como Generation X y los Sex Pistols. Intercalaron temas de ambas bandas, incluyendo una versión del "My way", que popularizó en su dia Frank Sinatra. Pero que queréis que os diga, citando a un conocido, "no entendí su propuesta". Aquello parecía más una reunión de amigos ancianos tocando temas en el garage de sus mansiones, que un concierto como tal. Billy Idol parecía no saberse todas las letras, y su forma de interpretarlas en plan crooner, no ayudaba mucho al espíritu punk de los temas. Una y no más santo tomás.

Mientras esto terminaba, uno de nosotros se acercó a ver como se las gastaban The Halo Effect en la carpa grande, y por lo visto, dejaron mucho mejor sabor de boca que en su reciente visita de gira por nuestro país, e incluso estrenaron un tema nuevo para un futuro lanzamiento. Los otros dos nos quedamos a ver a Hollywood Vampires, la banda de Alice Cooper con Joe Perry de Aerosmith y el capitán Jack Sparrow. Johnny Depp y su guitarra, y su mala pata, ya que venía con algún tipo de prótesis por lesión, junto a sus reputados colegas, ofrecieron una entrenida descarga de temas propios y versiones, que junto a las divertidas animaciones que se sucedían en las pantallas, nos hicieron pasar un buen rato. Es digno de mención como Alice Cooper es capaz de llenar un escenario de ese tamaño el solo. Podría salir a cantar a capella, que fliparíamos igual. Un grande como ninguno. "I want my now" y "Raise the dead" inicieron los honores del debut, y luego empezaron las versiones. "I'm eighteen" del propio Cooper, "Baba O'Riley" de The Who, "People who died" de Jim Carroll, en la fotos de distintos iconos del rock y el metal se iban sucendiendo en las pantallas, "Heroes" de Bowie cantada por el pirata, "Walk this way" de Aerosmith, o la final, también de Alice Cooper, "School's out", que acabó de rematar la fiesta que montaron. Tengo que decir, ahora que caigo, que Joe Perry estaba bastante apático. No tengo grandes recuerdos de su paso por el escenario, más allá de ver en algún momento su mechón blanco...él sabrá porqué.

Llegaba el momento de la verdad para nosotros y Motley Crüe. Tras algunos batacazos las últimas veces que nos encontramos, no teníamos muy claro que esperar después de algunas de las críticas que íbamos leyendo. No tardamos mucho en salir de dudas...y para bien. Cierto es que el listón de la expectativa no estaba muy alto, pero oye, los disfrutamos. La lluvia hizo acto de presencia durante su show y le dió incluso más épica. Tras un video de intro, arrancaron con "Wild side" y "Shout at the devil". Buenas elecciones para no dar lugar al titubeo de la audiencia. Si bien es cierto que Vince Neil no es que disfrute mucho, ni que es esfuerce mucho tampoco, salvó el concierto dignamente. "Too fast for love" y "Don't go away mad(just go away)" nos dejaron con la duda de si los coros son disparados o no (que nos da que si), pero era hora de dejar de mirar todo con lupa y empezar a disfrutar. Las proyecciones iban apoyando la descarga de temas como "Saints of Los Angeles", "Live wire", "Looks that kill" o la compuesta específicamente para la película de la banda "The Dirt". La banda estaba acompañada sobre las tablas por dos bailarinas, que estoy seguro que coparon bastantes miradas. Me hizo gracia la presencia delante nuestro de tres poco más que adolescentes, uno de ellos acompañado por su pareja, al que sus amigos iban chinchando cada dos por tres en plan "tu no mires eh!?". Buen trabajo a las guitarras del recién llegado John 5, que si bien es cierto que me chirría enormemente su manera de colgarse la guitarra, hizo su trabajo con notable maestría. Tras un medley con algunos de sus clásicos menos conocidos, llegaba el piano y "Home Sweet Home", mientras la lluvia dibujaba una especie de purpurina sobre los lásers que pasaban sobre nuestras cabezas, disparados desde el escenario. No voy a esconder que la producción que llevan los americanos me parece algo austera para todo el bombo que se le ha dado a la gira, ya que más allá de dos féminas robotizadas hinchables, y los micros colgantes, poco más había para destacar. La traca final llegó con "Dr. Feelgood", "Same ol'Situation", "Girls, girls, girls", "Primal Scream" y "Kickstart my heart". Por nuestra parte, quedamos más que satisfechos por lo vivido. ¿Autoindulgencia? ¿Falta de exigencia? Tal vez. No deja de sorprenderme, tras leer las críticas de su concierto en España, como se les acusa de machirulos, casposos, machistas...En serio ¿a estas alturas vamos a juzgar temas compuestos hace casi 40 años, y llevar a dos bailarinas que estan trabajando haciendo lo que les gusta? El que se ponga a juzgar esas cosas a estas alturas, es que no tiene ni puta idea de lo que está viendo ni de la historia de la banda...

Tras el macarrismo "edulcorado" de los americanos, era turno de la destreza, la sutileza y la elegancia de los compañeros de gira. Los británicos Def Leppard eran los encargados de poner el cierre a esta edición del festival y lo hicieron con una profesionalidad fuera de toda duda. Con un sonidazo de campeonato, pulcro y cristalino, pero a la vez potente, dieron el pistoletazo con "Take what you want" de su último disco, con el que mantienen el listón de lo que está por venir, que no es fácil. Hacer temas hoy en dia a la altura de "Let's get rocked", "Animal" o "Foolin'" no debe ser fácil. La banda está sublime en su interpretación en toda su totalidad, y con ese buen saber hacer es un placer disfrutar de clásicos como "Armageddon it", "Kick", "Love bites", "When love and hate collide"...Para la recta final dejaron clasicazos monumentales como "Rocket", "Bringin' on a heartbreak", "Pour some sugar on me", "Rock of ages", o la final "Photograph". Un buen show, milimetrado y estudiado, al servicio de los temas, en el que nadie brilla por encima de los demás, dando la sensación de banda conjuntada y bien avenida. El escenario, como en el caso de sus compañeros, sencillo pero resultón. Lo más notable eran las proyecciones que acompañaban a los temas en la pantalla trasera y los escalones de la batería, para dar total protagonismo a la música. Todo lejos de lo espectacular...

Cuando Def Leppard abandonaban el escenario, empezó un castillo de fuegos artificiales, mientras retazos de temas de todas las bandas que habían actuado en el festival iban sonando por el equipo de sonido. Una sensación de emoción, agotamiento, satisfacción...invadía nuestras mentes, mientras por las pantallas aparecían las fechas de la siguiente edición. Hemos sobrevivido a la edición de este año, y eso llena de orgullo. ¿Seremos capaces de sobrevivir otra edición?