Nuestro cuerpos de puretillas ya empezaban a acusar el cansancio acumulado, y por culpa de eso, nos perdimos la actuación de Vended, a quiénes les teníamos ganas. Está claro, que tener en su formación a dos hijos de miembros de Slipknot, es un reclamo. Nuestro espíritu agradeció más unos minutos más de remanso de paz y un buen desayuno para recobrar fuerzas. Por suerte, parecía que el sol se mostraba tímido en este tercer dia, y las temperaturas no iban a ser tan altas como los dias anteriores. Alargamos un poco más nuestra incursión en el recinto con otro paseo por el Metal Market y para hacer algunas compras en el stand de merchandising (Graspop, haced el favor de mejorar esto, porque es un infierno conseguir algo...te puede llevar hasta una hora que te atiendan).

Tras satisfacer el cupo de gasto, nos fuimos al Marquee a ver la actuación de unos cañeros Schizophrenia. Los belgas estuvieron hace poco de gira por nuestro país con Evil Invaders, pero la fecha de Barcelona nunca llegó a celebrarse por problemas con su furgo, así que era el momento de resarcirse. Los death metaleros jugaban en casa, pero no por eso se confiaron, si no que lo dieron todo. Le pusieron ganas y desparpajo, y es que pese a su juventud, los chavales tienen tablas y no se andan con remilgos. Buen show.

Picamos un poquito de I Prevail y The Ghost Inside, aunque sus propuestas no nos convencieron, y nos movimos hacia la parte más remota del recinto para ver a Danko Jones e Infected Rain. El canadiense hace ya tiempo que va sobre seguro, aunque su show parece repetirse una y mil veces, amén de la fórmula de sus temas, que ya suenan bastante prefabricados y encasillados. No fué su mejor concierto ni de lejos, aunque congregó a una buena multitud frente al pequeño de los escenarios al aire libre. Por otro lado, los moldavos Infected Rain actuaban en la pequeña de las carpas. Con un escenario muy conseguido con pantallas en el fondo y los laterales, que simulaban unas mazmorras con antorchas, Lena y los suyos repartieron buena cera, aunque cada vez suenan más a clones de Jinjer.

Volvimos al escenario principal para el concierto de Halestorm. Nunca les he visto en sala, porque no me han acabado de tentar, pero siempre me ha picado el gusanillo de verles en directo y esta ocasión era la idónea. Una vez vistos, tengo que decir que no me entusiasmaron. Algunas excentricidades de sus miembros, y el abuso de la prodigiosa garganta de su vocalista, terminaron por hastiarme ligeramente. Lzzy Hale puede hacer lo que quiera con su voz, pero a veces se pasa con su lucimiento, haciendo demostraciones innecesarias a mi parecer. No sé si en sala pasará lo mismo o irán más a piñón, aunque tampoco consiguieron animarme para no perderme su próxima visita...Veremos.

Después era turno de una de mis bandas fetiche. Los suecos In Flames...no me habré mamado sus discos (todos) cantidad de veces...Disfruté su concierto porque me conozco todos sus temas, pero racanean bastante con su puesta en escena. Lo que podría ser memorable, queda en aprobado justo. Lejos quedan las pirotecnias, los escenarios con proyecciones, varios niveles, fogonazos y demás. Me da la sensación que dejan pasar oportunidades de afianzar su posición, y que se contentan con estar donde estan, y eso, si no bajan algún peldaño de nuevo en años venideros. Disfruté por igual "The great deceiver", como "Everything's gone", "Darker times", "Behind space", "Cloud connected" o "Take this life", pero me dejaron un sabor agridulce. Eso si, la gente se lo pasó bien. Anders Fridén picó al respetable comentando que les habían dicho que tenían el record de más gente haciendo crowdsurfing en un concierto, y que quería batir ese récord. Os podéis imaginar lo que pasó entonces...

A continuación, una de las bandas que nos habían recomendado que no nos perdiéramos. Los británicos Architects lo estan petando allá por donde pasan, y gozan de posiciones privilegiadas en varios carteles de festivales europeos. Empezaron fuerte con "Nihilist" de su reconocido "All Our Gods Have Abandoned Us". Le siguieron "Black lungs", "Giving blood", "Doomsday"...La banda sonaba cohesionada y potente, pero a mi me invadía una sensación de monotonía. "Royal beggars", "Little wonder" y "Impermanence", momento en el que apareció Winston McCall de Parkway Drive para cantar con Sam Carter. Lo dicho, no pongo en duda su calidad, pero no estan hechos para mi.

La actuación de Rancid, quizá quedaba un poco descolocada en ese lugar, a esa hora, entre esas bandas e incluso, en ese festival, donde el punk no tiene mucha representación. No los había visto nunca, así que venía con ninguna idea preconcebida, pero me esperaba un poco más de potencia. Tengo que reconocer que me aburrieron bastante, pese a ser consciente de estar viendo a unas leyendas vivas.Aprovecharon para tocar temas de su nuevo disco, pero los mayores vítores se los llevaron, como no, los temas de su "...and out come the wolves", su mayor éxito comercial. Tuvieron tiempo para descargar hasta 22 temas, aunque seguramente la gente los disfrutó mucho más en el Azkena.

Ahora si llegaba el turno de uno de los platos fuertes de todo cartel europeo de este año. La "reunión" de Pantera. Las expectativas eran altas, y aunque tuve la suerte de poderlos ver en mi tierna infancia con su formación real, no voy a negar que me invadía una sensación de ansiedad por volver a vivir esos temas en directo. Cuando la escena no estaba sobresaturada de bandas y escuchabas lo poco que tenías al no existir Spotify, esos discos de Pantera dieron muchas, pero que muchas vueltas, en mis reproductores. Jugando con la nostalgia de buen inicio, al proyectar las siluetas de los hermanos en las pantallas, acompañadas de imágenes de aquel mítico "Vulgar Video" que tantas veces me tragué, repleto de fechorías de los Cowboys from Hell en sus giras. Una enorme lona con el logo de la banda tapaba el escenario, y saltó por los aires a ritmo de "A new level". Muy emotivo volver a vivir esas canciones que marcaron mi rebelde adolescencia...Me dejé llevar por esos momentos, dejando para más adelante mi análisis de lo que había sobre el escenario. No puedes si no gozar de temazos como "Strength beyond strength", "Mouth for war", "Becoming", "I'm broken", "Suicide note Pt. II", "This love", "5 minutes alone"...si es que son todo temazos. Un Phil Anselmo muy en forma vocalmente (y descalzo) comandaba esa encarnación y se marcaba una gran actuación. Rex, sobrio, le flanqueaba desde la parte izquierda. Y aquí llega el punto discordante. Charlie Benante cumple perfectamente su función. Ofreció pegada al servicio de la memoria de Vinnie Paul, fué respetuoso y fidedigno a los temas, y se limitó a replicar lo más fielmente posible sus partes. Pero ay amigos...y Zakk Wylde? No me acabó de convencer del todo su actuación, metiendo demasiado de su sonido personal en las guitarras de Dimebag. Bastantes de los solos estaban adaptados y no eran muy fidedignos, lo que no acabó de gustarme. Me pregunto si no podía dejar de lado su ego, o si realmente le era imposible replicar las partes de Dimebag Darrell fielmente, lo que haría todavía más grande la figura del malogrado guitarrista. Críticas a parte, disfruté el concierto como un enano, y no me importaría en absoluto volver a revivirlo.

La jornada se acercaba a su fin, con otro plato fuerte. Ya todos sabemos de la grandilocuencia de los shows de Parkway Drive. Los australianos nos escamitan en gastos a la hora de presentar sus temas, y suelen ofrecer grandes producciones con fuego y pirotecnia (a la postre, la verdad es que me parecieron escasos para lo que me esperaba). Abrieron con "Glitch", pero ya tenían ganada la batalla de antemano, porque la gente les tenía muchas ganas. "Prey", "Carrion", "The void"...todas eran caballos ganadores porque la gente no paraba de arremolinarse en circle pits por la basta explanada y el crowdsurfing no aflojó en toda su actuación. "Soul bleach", "Vice grip", "Dedicated" o "Idols and anchors", en la que su líder Winston McCall tuvo los santos huevos de bajarse el público a lomos de un roadie para pedir un circle pit a su alrededor. Y vaya si lo logró...La gente se volvió loca. Consiguió volver al escenario pasando de mano en mano para seguir con "The greatest fear". Los fogonazos y la piro iban apareciendo en momentos puntuales, y para los siguientes temas apareció un trío de cuerda, que sirvió para dar más dramatismo a sus interpretaciones. Con "Crushed" y "Wild eyes" pusieron fin a su actuación y dejaron el escenario victoriosos, poniéndoselo difícil a Slipknot, los verdaderos cabezas de cartel.

Los americanos llegaban renqueantes, tras los muy recientes cambios de formación en sus filas, y la ausencia de Shawn Crahan. Intentaron que aquello no lastrara su actuación, pero si figura es más larga de lo que parece sobre el escenario. Tras la intro de su disco "Vol. 3 - The subliminal verses", explotaron de inmediato con "The blister exists", a la que siguió "The dying song" y "Liberate", y una nueva "Yen" estrenada en directo hacía apenas dos semanas. Temarraco con "Psychosocial", siguiendo con "The devil in I" y "The heretic anthem". La puesta en escena incluía fuego a varios niveles y alguna que otra explosión, con proyecciones de videoclips o imágenes desconcertantes o inquietantes a las que nos tienen acostumbrados. A estas alturas del show, ya pudimos apreciar un par de puntos a resaltar. Incluyen demasiados parones entre temas, lo cual lastra el ritmo del concierto. La banda desaparece por completo del escenario cada dos temas, y así no hay manera de dinamizar la actuación. Por otro lado, ya no queda rastro de aquel punto de locura, de agresividad, de maldad...que desprendían sus actuaciones años atrás. Cosas de la edad imagino...o del status. Eso no quita que fueran cayendo temazo tras temazo, uno tras otro. "Eyeless", "Wait and bleed", "People=Shit", "Surfacing"...y "Spit it out", con la que consiguieron nuevamente agachar a tooooodo el público para formar un desmadre de proporciones épicas al grito de "Jump the fuck up!". Buen concierto de Slipknot, aunque no sublime.