De maravilla sienta este aperitivo que Gatecreeper nos ofrecen por sorpresa, para darle un poco de color a este inicio inquietante del nuevo año 2021. Lo que teníamos hace unas semanas como un halo de esperanza, parece volver a ser una ostia de realidad y pocos cambios parece que vamos a encontrar en los próximos meses. Afortunadamente, lanzamientos como este nos hacen esbozar una sonrisa de satisfacción y nos levantan del letargo en el que llevamos sumidos casi un año, que se dice rápido. Gatecreeper ya levantaron la mano para hacerse notar en 2016 con su debut, pero empezaron a hacerse hueco con su continuación en 2019, donde seguían apostando por un Death'n Roll con claras influencias de Entombed, al que añadían sus propios toques de hardcore y partes más tremendas. Si bien es cierto que en su segundo trabajo desdibujaron algo su progresión, en este corto EP (por duración, ya que incluye 8 temas, pero apenas dura 17 minutos) vuelven a jugar con varios ingredientes, entregando unos temas bastante jugosos.

"Starved" da el pistoletazo de salida al más puro estilo Entombed, pero añadiendo algunos toques hardcore y unos guturales fuera de lo común. "Sick of being sober" es una embestida en toda regla, guitarrazos por doquier y batería a todo trapo, con un estribillo muy hardcore. "Rusted gold" es más pesada, con un ritmo más marcado pero igual de crujiente en su vertiente más Death Metal. "Imposter syndrome" es otra explosión sónica que no te ves venir tras el lento inicio, al igual que "Amputation" que juega con dos riffs muy contrapuestos. "Depraved not deprived" va a piñón fijo, siendo de las más brutas y aceleradas y "Superspreader" es de las más veloces, pero con un aire hardcore-punk. Cierra el EP la larguísima "Emptiness", que abarca 11 minutos de los 17 que nos entregan. Un tema más trabajado, obviamente, que nos ofrece mucho más. Un tema en el que hay mucho más que apreciar, con unos tempos mucho más lentos, propios doom, con un cambio de ritmo hacia el ecuador hacia terrenos más monolíticos y un final que les ha quedado muy épico. No es la vertiente que más disfrute de la banda, pero les ha quedado realmente muy trabajado.

Una sensación agridulce la que me deja este trabajo, ya que si por un lado, los temas de inicio son totalmente disfrutables con esa furia y brutalidad que desprenden, simbiotizando esos géneros como sólo ellos lo hacen, se me antojan un pelín cortos para poder acabar de disfrutarlos. Es algo así como un coitus interruptus, un sí pero no, que cuando empiezas a meterte en la canción, a disfrutar el ritmo, y a mover la cabeza...ZAS! Se acabó...Por mi parte, entiendo que ha sido una jugada por su parte, para salir del letargo en el que deben estar muchas bandas y entretenerse ante la falta de actividad en directo, así que seguiré esperando a su siguiente larga duración. Si simplemente se trata de una ración de lo mismo que aquí ofrecen pero con una más larga extensión, lo esperaré con los brazos abiertos.