Ya lo hemos comentado en ocasiones anteriores, pero parece que la pandemia trae consigo multitud de apuestas atrevidas, que con la inactividad mundial, han conseguido encontrar ese tiempo a veces inalcanzable para plasmar metas que parece que nunca pueden llegar. Y este parece el caso también de Distant Harmonies, una banda que existe a la vez en Barcelona y en Berlín, aprovechando lo que ofrece la tecnología para grabar desde dos puntos tan alejados. Si bien  se formaron como tal en el año 2019, y el pasado año presentaron una demo, ahora han conseguido plasmar con mayor fidelidad algunas viejas canciones, regrabándolas y remasterizándolas, junto a otras más nuevas. Lo suyo es un metal sutil por momentos, con gran vocación para la experimentación. Si bien en un primer momento, puede apreciarse, al menos gráficamente, una influencia de Dark Tranquillity (y de Niklas Sundin en especial), en lo sonoro, al menos cuando se adentran en terreno metálicos, también navegan entre ellos y los Paradise Lost del Draconian.

El disco arranca con el tema que da título, y ya se puede apreciar al menos a mi parecer, la influencia de las citadas bandas anteriormente. Sin embargo, el ejercicio experimental, progresivo y hasta atmosférico es el que toma más relevancia. También pisan terrenos rockeros y/o alternativos, que por poner una referencia más cercana, podrían asemejarse a Sober. El segundo tema "Pulse" sigue un camino parecido, esta vez ya sin pistas vocales, a excepción de algunos coros puntuales. En tercer lugar tenemos "Angel in green", mucho más emotivo y atmosférico, con un piano protagonista, secciones de cuerda que siempre me ponen la piel de gallina, y un desarrollo bastante épico, dándole la importancia que merece a cada nota. "El mal" suena mucho más oscura, y parte de ello lo tiene esa personalización de riff blacker que contiene en su inicio. El interludio del ecuador (cantado en catalán), le añade sentimiento, y aunque pueda parecer un toque luminoso, la oscuridad vuelve a ceñirse paso, poniéndole música a cuando los rayos del sol quieren atravesar un cielo totalmente nublado.

La cosa se pone más metálica con "Lluny d'aquí", más rabiosa y contundente en lo musical, aunque melódica y melancólica en las lineas vocales. "Electric dreams" es la última composición propia, ya que cierran con una versión de "Wish you were here" de Pink Floyd. Esta sexta pista es otro viaje instrumental a las profundidades personales de Jordi y Marc, ofreciendo toda la experimentación de la que son capaces, y cerrando el tema con la parte más brutal que podréis encontrar. Sobre la versión de Gilmour y Waters, respetan la melodía original, pero la adaptan a lo que han venido ofreciendo en el resto del trabajo. Una visión muy personal del conocido tema.

Una manera de salirnos de lo que os solemos ofrecer normalmente. Dejad de lado las etiquetas "rock" y "metal", porque aunque tienen cabida, no son las protagonistas, y esta banda se sale de los cánones y de nuestra zona de comfort. Pero como en todo, hay que probar las cosas una vez en la vida, porque nunca sabes que vas a descubrir.