Darkthrone, lejos de ceñirse a un solo estilo de sonido, año tras año y disco tras disco siempre nos sorprenden con lo que ellos saben hacer perfectamente, que es hacer lo que les da la gana. Comenzaron a finales de los 80 como adolescentes componiendo demos de death metal y su debut en 1991, Soulside Journey. Experimentarían con álbumes inspirados en el punk y el heavy metal clásico, pero son más conocidos por la trilogía de principios de los 90 de A Blaze in the Northern Sky, Under a Funeral Moon y Transilvanian Hunger. Estos registros tuvieron un impacto profundo y a día de hoy son sin lugar a dudas, piedras angulares del género black metal. A pesar de su estatus de leyendas, la banda parece no tener interés en dejar de sorprendernos. Este Eternal Hails sigue enfocando y remarcando el estilo DOOM barriobajero, que lleva la banda enseñándonos en sus últimos discos. Con Eternal Hails, encontramos temas épicos al estilo vieja guardia. Con una producción que suena más lo-fi, pero con un gran sonido natural a la batería, tienen ese sonido rudimentario pero moderno, que tanto gusta y todo arropado con la increíble voz de Nocturno Culto.
El tema que abre His Masters Voice con unas guitarras que casi tienen un sonido limpio, nos llevan a unos ritmos cañeros y alegres a mi parecer. La canción finalmente cambia de marcha con una sensación mucho más cargada de fatalidad antes de terminar de nuevo con las guitarras alegres. Wake of the Awakened suena atmosféricas y oscura para luego despedazarnos. Lost Arcane City of Uppakra tiene un sonido con toques progresivos muy '70 con toques casi terroríficos, tema muy Heavy perfecto para cerrar el álbum.
Como siempre toda una experiencia disfrutar de la música de Darkthrone. Riffs fantásticos y épicos, para mover tu cabeza. Una cosa es segura, el álbum seguramente causará división entre los fanáticos del Black y continuará desde luego manteniendo nuestro interés en la banda, para ver cual es su siguiente paso.
Javi Metal
Un poco de mala hostia.
Una porción grande de locura.
Unas rayitas de alegría e ilusión.
Y como siempre bastante cabezón.