Desde Australia estan reclamando el cetro del rock que por derecho les pertenecía desde hace muchos años, a raíz de una banda mundialmente famosa, pero algo pasa en esa escena, porque las propuestas que llegan en los últimos meses desde ahí son especialmente refrescantes. Y refrescante es el disco que da continuidad al LP de 2018 "So dirty right". Este nuevo "Summertime highs" presenta a una nueva formación, y con él pretenden dar visibilidad a distintos estados de ánimo, pero si alguno predomina al finalizar la reproducción, es la euforia.
Un cañonazo como "In those eyes", es el que abre el disco. Una línea de bajo y un sonido de guitarra como el que dominaba las ondas en los 80, acompañados de unos afilados riffs y un vocalista que casa a la perfección son los puntos fuertes de este tema de apertura. "My oh my(get what you need)" tiene un enfoque menos fiestero, pero el estribillo está bien construido, y los vaivenes de los riffs le dan un toque funky. Atención al personal y estrastosférico solo. Vuelven los ritmos para celebrar, con la cachonda y chulesca "I like it", escuela Warrant-Ratt-Skid Row 100%, con guitarras duras pero muy festiva. Pero donde muestran toda su personalidad es en temas como "Good and the bad", un tema veraniego y optimista, que borra todas las nubes del cielo y hace que luzca el sol con su energía. Los coros del estribillo son pura nostalgia. "Summertime highs" sigue la estela de dejar una agradable sensación tras su escucha. Es un tema mucho más light, más desenchufado, pero el buenrollismo se te impregna sin remedio. ¿Recordáis a los alternativos Sugar Ray? Pues eso. La balada del disco es "Fallen off", con tufillo a country-southern por las melodías y lo acústico, e incluye momentos solistas enchufados que le dan el toque diferencial, además de esos coros que engrandecen el tema.
Se vuelven grandilocuentes con "Pieces of your love", a medio camino entre la escuela de Ratt y la de bandas europeas como Crashdiet. Rock guitarrero afilado sin compasión ni miramientos, con estribillos que se te meten hasta el tuétano. La siguiente "Living for the now" sigue la estela de la anterior, aportando más contundencia, incluso el vocalista Kym Britten fuerza más sus cuerdas, sonando más agresivo y áspero, con una tonalidad que le sienta muy bien. Nuevos tonos happys nos trae "Changing lanes", con un trabajo a las guitarras de Cammy Paul, que va soltando detalles por todas partes. Mucho más metálica empieza "Nightmare games", y son Will Saw y Luke a la batería los que aportan la potencia y contundecia al primer plano. La aguja está cerca del final, pero antes "Foolish appetite", nos trae otra ración de rock de altura, elegante, con un estribillo de categoría, y un guitarrista brillante. Cierran con una instrumental, que deja sensación preciosista, y muestra su calidad instrumental, pero que poco más aporta más allá de funcionar como una outro.
Últimamente me dicen que sólo tenemos buenas palabras para los discos que nos caen en las manos, pero ¿que pegas le vas a poner a semejante colección de canciones? Si tienes algo malo que decir de un disco como este, más allá de que beben de bandas clásicas, es que o te gusta tocar los huevos o buscas conflicto porque si. Este es otro disco redondo que sólo puedes reproducir y disfrutar sin nada peyorativo que decir al respecto. Y por muchos más así!
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.