Los finlandeses Bloodride editaron su cuarto LP hace algunas semanas, pero no se nos ha pasado por alto. La vuelta de las vacaciones ha dejado mucho material acumulado, y vamos intentando coger el ritmo poco a poco. Los thrashers nórdicos no son muy prolíficos en lanzamientos, ya que prefieren ir con paso firme. Formados en el año 2000, la banda de Helsinki no editó su primer LP hasta 2011. Este lanzamiento lo conforman 12 pistas, que apenas llegan a los 39 minutos, lo que nos da una idea de la inmediatez de los temas. Cualquier fan del estilo, encontrará aquí los elementos principales, véase velocidad, contundencia y un sonido implacable.
Con el arma cargada arranca "Rapid Fire", un cañonazo al más típico estilo del género, fuertemente influenciado por Sodom. Agresividad vocal y ritmos trepidantes con un estribillo un pelín más melódico, pero efectivo y matador. Sin abandonar los grandes riffs, tenemos "Burn putrefaction", en el que podemos apreciar el trabajo del bajista machacando las cuerdas a todo trapo mientras todo sucede a gran velocidad. La siguiente "Stranger roots", aporta más groove en un medio tiempo muy Slayer. Todo vuelve a desbocarse en "Hate of hatred", con sus frenéticos riffs y golpes de batería, todo muy explosivo, y con un estribillo ideal para el directo. Siguen a piñón fijo con "Fleshless", que por momentos cruza la frontera del Death Metal, e incluye un tremendo solo muy de la Bay Area. "Preaching to the choir" tiene un inicio muy épico a modo de intro, que queda difuminada de la faz de la tierra cuando llega el vendaval.
El siguiente es el matador "Inviting darkness", repleto de fuerza y poder con algunos punteos interesantes. "Limited" es otro cañonazo, aunque a estas alturas empieza a notarse ya algo de monotonía y repetición de esquemas. Por suerte, encontramos un tema diferente como "Thoughts and prayers", con un ritmo más lento y un gran ritmo en las guitarras, que nos despierta un poco del letargo y nos hace ver que hay más cosas. Como una detonación nuclear empieza "Bow to disorder", puramente thrash con cambios de ritmo interesantes previos al estribillo. La melodía vuelve a aparece en "Zombie walk", y las guitarras nos traen de nuevo riffs de altura que nos harán mover la cabeza de lo lindo. Para cerrar, "Cast out from idiocracy", aplastante sin hacer de la velocidad extrema su principal recurso.
Buen disco para salirse de vez en cuando del sota, caballo, rey, aunque es cierto que a veces adolece de cierta monotonía. Se agradece cuando se salen de los estandares preestablecidos del género y van un poco más allá para ofrecernos algo diferente y romper con la tónica general del disco.
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.