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La banda de punk-action rock Bitch Queens vuelve con su quinto disco, en el que encontraremos muchas cosas nuevas. En esta ocasión han tomado varios riesgos, dejando de lado la apuesta segura, y se han aventurado con nuevas melodías, nuevos riffs y más sinvergüencerismo. Dos años han tenido que pasar desde su anterior trabajo, y la pandemia ha dejado huella, sonando más agresivos que nunca antes, aunque sin dejar de lado la parte festiva, por supuesto.

La cosa empieza fuerte quemando todas las naves con la furiosa "Burn it down", todo un himno punk abrasivo con coros festivos. No pierden un ápice de acidez en la segunda "Con Man Contraband", que suena muy cabreada, y en ella podemos apreciar los primeros retazos de sus adorados Turbonegro. Las sirenas dan paso a "The apocalypse", que apareció en un recopilatorio suizo de bandas de garage/punk, y que puede recordar a unos primeros Backyard Babies. Algo más suave queda la siguiente "Don't be that dude", en una onda más punkarra, con un estribillo bastante accesible, pero cachondo a partes iguales. En su amplia variedad de registros, se descuelgan con un tema puramente hardcore en el tema título, despachado en apenas 40 segundos. Los aires punks de Noruega vuelven a adueñarse de pistas como la siguiente "The worst thing" o "Brainwash radio", que llevan un extra de eyeliner, aderezando esas melodías típicas de estas reinonas.

Han recuperado una vieja composición para grabarla bajo el nombre de "FU Emily", que es lo más cercano que puede tildarse a una canción punk de balada. Melancolía y melodía para esta tonada "romántica". "Ignorance is bliss" también ha sido rescatada de un split que grabaron con nuestra nueva esperanza The Drippers, y esta todo un himno garajero frenético y despiadado, y que contiene algunos riffs que recuerdan, y mucho, a algunos famosos temas de los rockeros suecos antes mencionados. Pegadiza es la siguiente "A good day to forget", con un estribillo accesible pero grandes trabajos a las guitarras. Declaración de intenciones en "This is how we roll in 2020", uno de los temas que más me han gustado del disco por su conjunto global. Actitud, guitarras y buen estribillo. El álbum lo cierra "Sugar balls", una pista algo extraña por su largo comienzo, que no explota hasta su ecuador con un ritmo garajero hasta que la aguja se sale del vinilo.

Me da la sensación que los suizos Bitch Queens han hecho absolutamente lo que les ha dado la gana y les ha apetecido en todo momento con este disco, sin presiones y sin cerrar la puerta a cualquiera que fuera la idea que les pasara por la cabeza en aquel momento. El cambio en su sonido, sin ser flagrante, es evidente, y aunque a veces da la sensación de que puedes perder el hilo de las canciones por la gran variedad de estilos que fusionan, su escucha es divertida y entretenida.