Los polacos Asgaard, llevan desde 1994 grabando discos, centrados en su personal manera de transmitir su música de ambiente gótico de una forma progresiva. "What if", es su séptimo disco, aunque por avatares del destino, hacía 10 años que no grababan nada nuevo. No han pasado en balde tantos años, ya que en esta nueva entrega encontramos una faceta de Asgaard bastante desconocida, en la que introducen elementos electrónicos, y dejan bastante de lado su faceta más metálica. Podría decirse que se trata de algún tipo de madurez artística, pero puede que sus anteriores seguidores no se vean muy reflejados en esta nueva obra.

El disco, con 10 temas, empieza con "Sisyphus", basado en una historia de la mitología griega. En él, encontraremos voces profundas y melancólicas, envueltas en un manto de oscuridad musical. Ya desde un buen principio, apreciaréis los cambios estilísticos, ya que son bien patentes. "Creeping my lunacy" gana algo de potencia, apoyada en una baterías más contundentes, y unas guitarras algo más presentes, sin reultar algo escandaloso. En "Sny na jawie" se estrenan cantando en su polaco natal, lo que dota a la pista de un dramatismo muy acentuado, aunque todos los ritmos navegan por tempos parecidos y la monotonía podría adueñarse de la sensación inicial del álbum. Por suerte, la cosa cambia algo de tercio con la ligeramente más enérgica "Horizon upside down", que se podría emparejar facilmente con alguna obra de Katatonia. Llegamos al ecuador con el tema título, otra pista orquestal, desprovista de grandes majestuosidades, que evoca sentimientos de tristeza y nostalgia por la forma de cantar de su vocalista.

"Blind man's buff" vuelve a ofrecer algo de electricidad y contundencia, y resulta ser uno de los temas más metálicos del plástico. Aquí encontramos algunos halaridos más malvados y algunas risas siniestras, que por lo menos, ofrecen un ambiente distinto. La que sigue, "W sercu nieświata", también está cantada en polaco, y sólo podemos guiarnos por las emociones que transmite, ya que de polaco entendemos poco. El inicio de "Not even again", podría bien ser un tema de The Prodigy, con esos ritmos electrónicos. Las guitarras aparecen más adelante, y dotan a la canción de una especie de sonido industrial, mostrando un camino totalmente diferente al que hemos ido siguiendo hasta ahora. El álbum contiene dos pistas extras, que no son más que la versión "Radio Edit", de las canciones que cantan en su lengua nativa.

No me voy a andar con rodeos, porque este no es mi estilo predilecto, y no os voy a engañar, no me ha encadilado el disco en absoluto. Tal vez seas capaz de disfrutarlo tu más, si eres seguidor del género, y estas más habituado a lidiar con sonidos como los que aquí encontramos. A mi, con la situación que vivimos actualmente, el cuerpo me pide otros sonidos más contundentes o algo más divertido.