Dejando de lado el drama Fear Factory, con la reciente salida del vocalista Burton C. Bell de la formación, y las últimas declaraciones de Dino Cazares, vamos a centrarnos en el lanzamiento de Ascension of the Watchers. Bell vuelve con su faceta más introspectiva, minimalista y la versión más melódica de sus cuerdas vocales. No hay atisbo de agresividad en estas composiciones, y eso a más de uno ya le puede parecer un punto negativo antes de empezar. Tampoco esperéis que fuerce su garganta en ningún momento, pues no rasga sus ya tocadas cuerdas vocales en ningún momento. Pero vamos a ver que esconde el disco, pues la intención de esta banda en la que va centrar sus esfuerzos de ahora en el futuro, no era otra que alejarse radicalmente de la banda que le dió a conocer.

"Aprocypha" es una visión del yo interno de Burton C. Bell, quién asegura haberse vaciado emocionalmente en estas nuevas canciones para expulsar sus demonios y tantos años de agotamiento mental con los problemas legales de Fear Factory. Estas canciones supuran sensibilidad, rodeadas de un aura ambiental y sonidos góticos atmosféricos. La inicial "Ghost Heart" podría ser banda sonora de The Crow, otras como "The end is always the beggining" o "Stormcrow" recuerdan a las primeras composiciones de Killing Joke (oh, wait! si John Bechdel, teclista de AOTW, fué el teclista de Killing Joke). El tema título da inicio con una intro espectral, y acaba siendo una canción etérea y nostálgica, sentimiento de tristeza que también desprende la siguiente "A wolf interlude". "Honoree" me parece una de las más flojas, pues se hace bastante monótona al no ofrecer ningún tipo de variación melódica, más allá de un pequeño aumento de intensidad en el estribillo. Ya pasado el ecuador, "Cygnus Aeon" se sostiene por la batería de Jayce Lewis, que le da otra vida a la canción y un poco de alegría, y acaba resultando uno de los temas más intensos.

"Key to the cosmos" crea su magia con un sintetizador y la versión más sutil y melódica de la voz de Bell, con unos golpes secos de la batería de Lewis, que le dan un aire optimista a la canción. "Bells of perdition" es muy ambiental, con solo algunas notas acústicas, y la batería marcando un ritmo sosegado. Como contra, "Wanderers" desprende luz, un inicio mucho más alegre en la que Burton parece haber sufrido alguna reveleación, ya que desprende otros aromas. Cierra el disco una versión de "Sign your name", originalmente de Terence Trent D'Arby.

Cuesta ver a Burton C. Bell en esta faceta suya, pero la verdad es que a él se le ve a gusto y satisfecho con lo que ofrece y nos presenta. Personalmente, no es la parte de su música que más me atraiga, aunque reconozco que tiene pasajes muy interesantes, pero reproducir el álbum de un tirón se hace largo y monótono. Sin embargo, sus composiciones son sinceras y es lo que él quiere como artista, así que quién somos nosotros para decir cualquier otra cosa...A día de hoy ya podemos decir que Ascension of the Watchers es un ente propio, sin tener ningún tipo de lazo con cualquier otra banda, lo cuál ya es un paso de gigante.