Preparaos para una buena dosis de atmósferas oscuras que deambulan entre dimensiones de miedo, terror y oscuridad, con el tercer disco de Akhlys. Este Melinöe está todo inspirado por todo tipo de sueños esotéricos y vivencias que su líder y principal compositor, Naas Alcameth, ha tenido en brazos de Morfeo. En esta nueva entrega, encontraremos la fusión perfecta de todos los elementos característicos de las dos entregas anteriores, consiguiendo crear un siniestro sueño que se mueve cerca de unas dimensiones aterradoras. No es escogido en vano el título del álbum, pues la hija de Perséfone, es una diosa del inframundo portadora de pesadillas y locura, que deambula por la tierra de noche.

Este desesperado compendio de 5 largas composiciones, provocará pesadillas al oyente durante lo que queda de año, y parte del inicio del siguiente. La sabia conjunción de paisajes sonoros virulentos y agresivos, con la desesperación y angustia que provocan las partes más ambientales, aseguran un billete de ida al fondo de los parajes más inóspitos de la mente adormecida. Todo ello rodeado del ocultismo y misticismo propio del estilo, que no harán más que llevar la demencia de los temas un paso más allá. Es un disco complejo, donde las referencias a divinidades griegas y otros símbolos de su mitología aparecen por doquier, como es también el caso de "Pnigalion", un demonio "estrangulador" de las creencias helenas.

Pero no os penséis que todo lo podemos encontrar aquí es puro Black Metal. Echadle una escucha a "Succubare", una tétrica composición ambiental que genera una auténtica sensación de ahogo, y que sirve como ruptura al hacer de ecuador en el disco. El desasosiego está garantizado durante los casi seis minutos y medio que dura la pista, en su mayor parte protagonizada por lamentos y susurros de su vocalista. Y una vez Akhlys hayan conseguido separar tu alma de tu cuerpo, el viaje al infierno se consolidará con "Ephialtes", y quedará reafirmado por las llamas de "Incubatio".

Un disco que verdaderamente agitará tu subconsciente, postergándote a un estado de nerviosismo durante un buen rato, y que te hará mirar de reojo a cualquier movimiento de sombras que se produzca a tu espalda durante una temporada. Tal vez, hasta consiga que mires debajo de tu cama antes de acostarte. No soy un purista del Black Metal, pero si un disco consigue provocar esta reacción, creo que han cumplido con creces su objetivo.