Acid Mammoth – Caravan

Hay momentos en la vida en la que te das cuenta de según que cosas. Por ejemplo, del amor y pasión que destilan algunas bandas por lo que crean. Sigamos con el ejemplo, Acid Mammoth son una banda de stoner/doom de Grecia. Bien, ¿sigues ahi?. Este no es que sea un género mainstream precisamente, y además Grecia no sería la cuna del género ni mucho menos. Si sigues ahí, acaba de acompañarnos porque si no te perderas un buen disco. No vamos a encontrar a una banda que rompa moldes y traigan la revolución del género bajo el brazo, pero sus composiciones son plenamente dignas por sí mismas. No en vano llevan ya 6 años de carrera a sus espaldas y es este su tercer LP. Como curiosidad, destacar que las guitarras son cosa de familia, pues de ellas se encargan Chris Babalis Sr y Jr (no es broma, y Junior además es vocalista), mientras que Dimosthenis Varikos toca el bajo y Marios Louvaris se encarga de la batería.

A destacar también que pese a no ser corto, el disco tan sólo cuenta con 5 temas, de duración extensa todos ellos, pero se me antoja "corto" el número. ¿Que nos vamos a encontrar en esta nueva obra? Atendiendo al nombre de la banda, a su pasado, y al inicio de "Berserker", todo un muro de guitarras pesadas, una batería contundente, y un bajo bien de distorsión, amén de las voces psicodélicas. Como muestra el riff de la mencionada canción, pesado como él solo, aunque con una buena ración de melodía al empastarse perfectamente con las líneas vocales. El segundo tema "Psychedelic Wasteland", no hace más que reafirmar su aprecio por los maestros Black Sabbath, con un doom casi funerario, y un tempo que bien podría describir el paso lento y tembloroso de un paquidermo cualquiera de la prehistoria. Hasta Junior tiene un timbre parecido (cuidado que he dicho parecido) al de Ozzy. El tercer tema "Ivory towers" refuerza aún más esa sensación de distorsión absoluta, dejando por momentos a la voz discurriendo sola sobre líneas de bajo, mientras el resto de instrumentos se van uniendo para crear un ritmo tenebroso y ocultista. El tema que da título al disco es otra muestra de poder, con esas guitarras persistentes en esa misma nota, mientras ponen a prueba las válvulas de los amplificadores. "Caravan" tiene un espíritu más épico, con unos dibujos sobre el riff principal, que te harán viajar mientras agitas la cabeza al unísono hipnotizado por la cadencia de la base principal.  La última "Black dusk" vuelve a agitarse un poco, algo más en la línea del tema de apertura, abriéndose un poco más en cuánto a diversidad que los temas centrales, y ofreciéndonos algo más "movido".

Otra joyita más de la escudería que alberga Heavy Psych Sounds Records, que tienen auténticos caramelos en su catálogo. No me gusta el doom, así de claro, y es cuando se ponen más stoner cuando más me atraen los temas de Acid Mammoth, pero sé reconocer cuando una banda pone empeño en sus ideales y simplemente goza de andar su propio camino.