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Magnifica y metálica propuesta de música de sonidos muy Heavy Metal, es la que nos propone la magnifica promotora Manguales Extreme.

La noche del heavy metal que nos cayo en Barcelona no fue para los débiles de corazón; fue un asalto sónico, una prueba de resistencia que demostró que la nueva ola del metal no solo está viva, sino que arde con una intensidad feroz.

Los suecos Enforcer  que son el gran relevo de las míticas bandas de metal de los 80, fueron secundados por los cátalo-argentinos Raptore, los barceloneses Crimson Storm y Wicked Leather.

Un cártel de ensueño, que hace que Manguales nos envié directamente al Valhala del Heavy Metal de corte clásico.

Wicked Leather abrió la veda, desafiando el temprano horario de las 17:30 con una descarga de puro músculo metálico.

Liderados por la salvaje Yami y su rasgada garganta, la banda convirtió la tarde en noche con himnos como "Night Hunter" y "Crystal Lake".

Su EP Echoes of the Storm cobró vida, uniendo el terror clásico con la velocidad ochentera. El cover de "Am I Evil" fue un guiño a la tradición antes de rematar con la oscuridad de "Black Goat Rising".

Fue una declaración de intenciones: han venido a tomar la corona.

Siguió la tormenta de Crimson Storm. Con raíces italo-españolas y el mando de Lögan Heads, el cuarteto desató un torrente de metal rápido y afilado que resonó con la nostalgia muy presente de formaciones como Riot o Raven.

Desde "Ragin Eye of Darkness" hasta la implacable "Headfukker", el vocalista Pau Correas mantuvo la intensidad al máximo, como es de costumbre. La base rítmica de Aless Opposed y Pol Esteban Sánchez fue un martillo pilón, culminando en el manifiesto sónico "Speed Hammerin Metal".

Su debut, Livin’ on the Bad Side, ya es un clásico instantáneo.

Raptore, la potencia hispano-argentina, mantuvo la llama del metal encendida con una descarga de puro speed/heavy metal.

Nico Cattoni y Jamie Killhead a las guitarras recordaron a los cabezas de cartel Enforcer, con un sonido completamente excelente.

Con un setlist que equilibró Blackfire y Renaissance, temas como "Abaddon" y "Demon’s Lust" volaron a la velocidad de la luz.

La demoledora "Death" fue el zarpazo final, reafirmando que su sello es la rapidez melódica y la actitud sin concesiones.

El clímax llegó con los reyes indiscutibles y grandes herederos del Heavy Metal de antaño: Enforcer.

Dos décadas abanderando la NWOTHM y los suecos regresaron para dar una clase magistral de lo que es hacer Heavy Metal con pelotas.

Olof Wikstrand es un torbellino de energía, comandando riffs frenéticos y estribillos magníficos.

A pesar de un sonido inicial algo errático, la banda se comió el escenario a lo bestia con temazos como "Destroyer" y clásicos como "From Beyond". Canciones como "Nostalgia" nos emocionaron de manera especial y se mezclaron con pausas instrumentales que solo sirvieron para avivar a un mas el fuego.

El cierre de su actuación con "Katana" y "Midnight Vice" fue la confirmación de que el heavy metal clásico sigue ardiendo con una intensidad envidiable.

Una noche que dejó claro, que la tradición metálica tiene un futuro brillante y estruendoso.