REFUSED

Hay finales que resuenan como comienzos. Para Refused, es casi una tragedia. La tragedia de una banda condenada a adelantarse a su tiempo. En 1998, al final de una gira completamente loca, los suecos se separaron, pronunciando la icónica frase: «Refused están muertos».

En aquel entonces, The Shape of Punk to Come, un álbum visionario y desconcertante, había sido un fracaso comercial. Nadie había comprendido que acababan de inventar o visualizar las trazas de lo que seria el punk moderno.

Unos años después, el álbum se convirtió en un clásico de culto, citado como influencia por generaciones enteras. La banda se reunió, volvió de gira y lanzó nuevos discos. Siempre a la vanguardia, siempre demasiado radicales para su época.

Esta vez, sí que fue el final. Refused se despidió con una última gira europea por todo lo alto. Y en la Razzmatazz de Barcelona, nos ofrecieron una despedida muy digna, ya que los años no pasan en balde. Y esta despedida, se sintió muy fuerte sonoramente (todavia nos pitan los oídos a todos) y muy épica dado el setlist de temas que nos ofrecieron.

Quedó patente el martes pasado por la noche, con un concierto excelente y que además fueron acompañados de los exquisitos Viva Belgrado de las dos formaciones muy completo y esto gracias a unos organizadores de lujo ResurrectionFest.

No pudimos llegar a tiempo para ver a los barceloneses Zeidun. Pero si que pudimos asistir a la muy buena actuación de Viva Belgrado, la formación mostro un directo de grandísima calidad con momentos muy etéreos e íntimos musicalmente hablando, llenos de alteraciones auditivas.

Los Cordobeses no dan treguan en ningún momento, van a por faena tema tras tema. Los andaluces son una formacion que no te dejan indiferente con su propuesta, pasando por pasajes de música fuerte, para luego deslizarse con momentos muy sensuales y empíricos.

Desde luego sin ser mucho mi estilo musical me consiguieron convencer con su música y dando un muy bueno show.

Entonces la sala se sume en una penumbra. Las primeras notas irrumpen y la Sala Razzmatazz estalla a lo bestia. Dennis Lyxzén, con su esbelta figura y su reluciente traje negro, salta, gira y se dirige al público con la misma gracia felina que lo caracterizó en sus inicios, eso si un poco mas lento de los normal y es que como he dicho antes los años y las batallas de guerra no perdonan. Su forma de moverse es tan distintiva e inconfundible. A su alrededor, los músicos parecen estar disfrutando al máximo.

El repertorio alterna entre clásicos de culto de The Shape Of Punk To Come —“The Refused Party Program”, “Rather Be Dead”, “Liberation Frequency” y temas mas de los últimos trabajos. La banda también se permite algunas extravagancias como un sample de “Raining Blood” de Slayer en “The Deadly Rhythm”.

La intensidad no decae en ningún momento. Las primeras filas son un autentico hervidero. Todas las miradas están fijas en el escenario. Los fans son conscientes de que están presenciando un momento histórico.

En el escenario, la bandera palestina ondea prominentemente, un verdadero estandarte que clama por la libertad. El mensaje es directo, sin rodeos. El cantante mezcla humor y política, rememorando los inicios de la formación sueca. Esta mezcla de reivindicación social y lucidez es la esencia de Refused: punk intelectual y profundamente humano y de protesta social.

Y entonces llega "New Noise" para hacer explotar la sala. Esos primeros segundos provocan un impulso irresistible de moverse, de estallar, de desatarse. Este tema, que se ha convertido en un emblema del punk moderno, usado en innumerables series de televisión y películas, conserva su singular dimensión dramática.

Naturalmente, en la sala, reina el caos absoluto. El pogo se transforma en una ola humana con el personal dando lo mejor de si, y Dennis, con una sonrisa de oreja a oreja, canaliza este descontrol con mucha elegancia.

La transición a "Tannhäuser" es sencillamente impresionante. Un paso de la rabia al frenesí, un ascenso gradual a lo hipnótico. Pocas veces una banda ha logrado equilibrar tanta tensión y belleza al mismo tiempo. Y finalmente, "Coup d'État", grandiosos.

Un final perfecto, digno de su trayectoria. Un último grito antes del silencio. De cada gesto, de cada mirada, nace la satisfacción de haber completado el ciclo de su vida como banda. Sin emociones desbordantes, solo la belleza del gesto.

Refused se despidió del escenario sin un gran discurso, sin síntomas de dramatismo. Sin despedida teatral, solo una última reverencia, iluminada por los rostros felices de la gente. No fue un concierto para llorar y emocionarse, sino para celebrar y disfrutar.

Al fin y al cabo, nos habían advertido: «Refused han muerto». Pero incluso si de verdad, al final desaparecen como banda, su legado perdura en cada banda que fusione rabia, conciencia y elegancia escénica.

 

Crónica: Javi Metal; Fotografías: Álvar Luis Gabalda