
Para los que somos de Barcelona, el fin de semana de la Diada está empezando a tomar otro cariz. El éxodo de metaleros catalanes empieza a ser costumbre coincidiendo con esas señaladas fechas. Y parte de la culpa de esto, es la celebración, en tierras francesas, del festival Pyrenean Warriors Open Air, que año tras año nos ofrecen un cartel suculento orientado al metal tradicional, trayendo bandas que rara vez vamos a poder ver en directo, fuera de este cartel.
Como ya es costumbre, organizado con tiempo, y con las mariposas en el estómago por volver a repetir la experiencia, nos pegamos el madrugón y salimos a la carretera para acercarnos a la pintoresca villa de Torreilles, que se abre de par en par para los cientos de headbangers que llegan desde varios puntos de Europa. El diluvio que nos pilló en la autopista no nos hacía presagiar una buena acogida, meteorológicamente hablando, ya que el cielo seguía bien negro en el horizonte, y a medida que íbamos quemando kilómetros, el aspecto no parecía mejorar...Nos sentíamos como Frodo llevando el anillo a Mordor...
Tras llegar al que sería nuestro campamento base, esta vez en un cáming, bien tranquilo y equipado, y llenar nuestros estómagos para afrontar la primera parte de la jornada, nos dirigimos hacia el recinto. Mucha más gente de lo normal a primera hora, ya que la gente suele llegar escalonada a lo largo de todo el día, nos hacía pensar que el grueso de la audiencia estaba decidida a disfrutar del festival desde el principio hasta el final.
Por las inclemencias del tiempo, y porque nos fiamos del reloj, llegamos ligeramente tarde y nos perdimos los dos primeros temas de los franceses Blind Wisdom, que abrían el festival. La banda de Perpignan ofreció un show sobrio y eficaz para amenizar la llegada de la gente, que se iba ubicando en el recinto, y que se congregaba mayoritariamente, en el stand de cambio de moneda (el Pyrenean Warriors ofrece el servicio de bar con su moneda propia...). Algunos curiosos se apelotoban en el resto de stands, donde sabían que las joyas vinílicas que podía haber en las cubetas, iban a desaparecer a primera hora, y hay oportunidades que no deben dejarse pasar...
Blind Wisdom descargaron temas de su único disco "Long Before the Last Dragon", publicado en 2021. Siempre es difícil abrir un cartel a según que horas, porque sabes que no vas a contar con mucho público, pero no dejaron perder la oportunidad de darse a conocer ante nuevos potenciales seguidores. Bien ataviados con sus galas para la ocasión (lucían unos buenos abrigos, hasta conjuntados algunos de ellos), destriparon algunos de sus temas, que supusieron un ameno pistoletazo de salida.
A estas primeras horas de festival, el tiempo todavía aguantaba, aunque la cosa iba a ir a peor a no mucho tardar. Una ligera e intermitente lluvia nos iba acompañando desde hacía rato, aunque bien es cierto que a veces es preferible a tostarse bajo un sol de justicia.
Turno ahora de los también franceses Star Rider, estábamos preparados para subir un escalafón más en el running order. Esta joven formación de Grenoble, editó su primer disco el año pasado, un notable "Outta Time", que aprovecharon para presentarnos en directo, desgranando temas como el que da título, con el que abrieron, y otras como "Deal Breaker", "Angle Mort", "Resistance" o "Rock Muscle". Star Rider cambiaron ligeramente el enfoque tradicional y más clásico, ofreciéndonos su heavy más ochentero y gamberro.
Desde Estados Unidos llegaban al Pyrenean Warriors Solicitor. Una banda con algo más de experiencia y con varios lanzamientos ya publicados. Comandados por la peculiar Amy Lee Carlsson, una vocalista que no pasa desapercibida, los de Washington subieron el listón, aunque tuvieron que superar algunos problemas iniciales con el sonido. No es una banda que se prodigue mucho por Europa, aunque han hecho alguna visita esporádica con alguna fecha por Alemania.
Tras superar los problemas iniciales, pudieron dedicarse a descargar temas como "Night Vision" de su primer disco, "Speed Tyrant" del primer EP con el que debutaron oficialmente, y otros temas nuevos del disco que editan esta misma semana como "Paralysis" o "Fallen Angel". Cerraron su descarga con el que es su tema insignia "Betrayer", dejando toda la banda buen sabor de boca, en especial su vocalista, que, con permiso, a veces lucía un timbre que recordaba a Ronnie James.
Tras la descarga de Solicitor, llegaba el turno de los "también" americanos Wings of Steel, que venían con un contundente "Winds of Time", que todavía no ha salido oficialmente, y a los que teníamos muchas ganas. Su heavy metal está forjado con muchos kilates, y sobre el escenario nos ofrecieron sus bien afilados aceros en forma de temas como la nueva "Winds of Time" con la que empezaron su descarga, la también nueva "We Rise", y otras pertenecientes a su primer disco como "Liar in Love", "Fall in line", "Rythm of Desire" de su primer EP, y su himno "Wings of Steel", también de su debut y con la que cerraron su concierto.
Hay que destacar el buen sonido que consiguen, por lo general, en este festival. Y es que todas las bandas sonaron como debían, y en temas como este, se nota el mimo que el equipo organizador le pone a los detalles. Por otra lado, a estas horas ya llevábamos un buen rato bajo la incesante lluvia, que sin llegar a caer con mucha intensidad, empezaba a actuar como una gota malaya por su insistencia. Había florecido paraguas entre la audiencia (pero somos heavys o que somos!?) y los impermeables habían pasado a dominar la escena por encima de parches y cadenas.
Bajo el manto de la interminable lluvia, primera vez que me pasa en todos los años que ya llevo viniendo a este festival (y no son pocos), llegaba el momento de los griegos Triumpher. La banda que suplía el puesto original que debían ocupar Savage Oath llegaba con sus ecos de Manowar, immortalizados en dos discos tales que "Storming the Walls" y ""Spirit Invictus". Es más que patente la influencia de los neoyorkinos en el grupo de Atenas, así que cuando una cosa es evidente es mejor no ocultarla, como quedaría patente más adelante con la versión de "Blood of my enemies", muy bien recibida por toda la audiencia, y perfectamente ejecutada.
Pero empecemos por donde toca, y es que tras la intro "Overture to Elysian", atacaban con "Arrival of the Avenger", "Athena" y "I wake the dragon". Los griegos se lo llevaron bastante de calle, y fueron una de las actuaciones destacadas del cartel. "The thunderer", "Storming the walls" o la final "Triumpher" fueron algunas de las ofrendas que perpetraron sobre las tablas, y que les hicieron ganarse un merecido aplauso y ovación por parte del público. No inventan nada ni lo pretenden, pero entretienen y azuzan con sus guitarrazos como los que más, y al final, eso es lo que te anima el espíritu.
Con el atardecer, y acompañados todavía de la fina capa de lluvia, llegaban los clásicos y respetados Q5. Sobre ellos recaía el aura de banda de culto del cartel, e hicieron gala de su clase. La banda nacida en los ochenta, venía a dar una lección de como tocar heavy de tintes hardrockeros.
Empezaron abriendo con "Last Train Home", tema de cuando la banda se escisionó en dos facciones dando lugar a Nightshade, para continuar con temas de su primer disco "Steel the Light" como "Pull the trigger", "Ain't no way to treat a lady" o "Missing in Action". Jonathan Scott cumplía perfectamente en las voces, pareciendo no acusar gran cosa el paso del tiempo. A su lado, las guitarras de Duffy Delgado y Michael David iban marcando las melodías de su música, ofreciendo elegancia a su propuesta. Hubo tiempo para otro tema de Nightshade como "Dead of Night", y para otros temas como "When the mirror cracks" de su segundo disco, aunque el buen grueso del set-list se centró en su primer álbum.
Una puesta en escena sobria, a la que no hacía falta nada más, debido a la ristra de canciones que iban cayendo una tras otra.
Riot City llegaban desde Canadá para poner los puntos sobre las íes, con su metal acelerado a doble bombo. Con su música empezaron a escampar las nubes, y aunque no dejó de acompañarnos un clima fresco, por lo menos pudimos despedirnos de los paraguas e impermeables. Con sólo dos discos de estudio, aunque varios otros lanzamientos, la banda de Calgary hizo gala de un buen nutrido de seguidores que les acompañaron cantando sus canciones y levantando sus puños al cielo despejado, mientras empezaba ya a caer la noche. La banda sonora de Terminator avisaba que no venían a hacer prisioneros, si no que venían dispuestos a arrollarnos.
Tras la intro, "The Hunter" y "Steel Rider", de su disco de 2019 "Burn the night" arrancaron los motores de su maquinaria, y pasaron de 0 a 100 en un momento, para no dejar de pisar el acelerador durante la hora exacta que duró su setlist. Tras estas, "Beyond the stars" y "Ghost of Reality" siguieron los dictámenes de sus estándares de velocidad, y si una cosa hay que achacar a esta banda, es quizás la similitud entre sus temas, lo que hace que si desconectas por un momento de su propuesta, te invada una sensación de monotonía. Desconozco si su cantante Jordan Jacobs estaba aquejado de alguna dolencia, pero en algunos momentos le vimos sufrir, y no acababa de llegar a algunos tonos, aunque si es cierto que en muchas ocasiones llevaba sus cuerdas vocales al límite.
Hubo tiempo para un puñado de temas más, incluido un corto solo de batería, y con el cierre con "329" dejaba el escenario extasiados para dar paso a Jag Panzer.
Hacía muchísimo tiempo que no veía a Jag Panzer. Mentiría si dijera que les he seguido toda su carrera. La verdad es que les hice más caso en mis inicios dentro de este género, que en la actualidad, pero siempre es agradable volverte a encontrar con ídolos pasados, que insuflan juventud en tu espíritu algo más castigado por el paso de los años.
Los de Colorado llevan un buen puñado de años en activo, y fruto de ello han cosechado una extensa discografía, aunque ahora ya hace dos años que no publican nada nuevo. Capitaneados por un solvente Harry Conklin a las voces, la banda ofreció un concierto directo, aderezado por aquellos detalles que brinda la experiencia de tantos años ofreciendo conciertos alrededor de todo el mundo. Con tanto tiempo de carrera, tienen mucho donde escoger, pero algunas de las que cayeron aquel día fueron la inicial "Chain of Commnand", seguida de "Licensed to Kill" de su primer disco. "Iron Eagle", también de su primer disco, cayó antes de "Onward we Toil", del último disco que editaron hará un par de años titulado "The Hallowed", única referencia a su presente más actual junto a "Stronger than you know".
La verdad es que se centraron sobretodo en su primer disco, y no es de los que yo más haya escuchado (soy más de "The Fourth Judgement") lo que hizo que el concierto se me hiciera un poco largo y tedioso. Pero eso son cosas mías, y nada tienen que ver con la entrega de la banda.
Además, me empezaba a embargar la ansiedad por ver lo que había venido a ver, que no era a otro que a Geoff Tate, aunque aún no sabía la que se me venía encima...
Y vaya sorpresón que me llevé. Si bien sabía lo que venía a escuchar, no sabía cómo lo iba a escuchar. La sorpresa fué mayúscula, ya que el vocalista venía en plenas facultades, y aunque acompañado de una banda "discreta" en cuanto a nombres, fueron plenamente solventes y tocaron los temas a la perfección, clavando hasta los solos.
Es probable que "Operation:Mindcrime" de Queensryche sea uno de los discos que más veces haya escuchado completo de cabo a rabo, sin saltar una sola pista, porque pocos discos hay más redondos que este de su principio a su final. Por eso ya me puse en tensión nada más escuchar la intro "I remember now". Pelos como escarpias al empezar el crescendo final de "Anarchy-X" y sonrisa jovial de felicidad, al tiempo que la banda encaraba el inicio de "Revolution calling" para luego aparecer Tate con sombrero de cowboy y garganta impoluta e inmaculada. Cabe destacar la intensidad con la que canta esos míticos temas, pero es que además los interpreta con ese plus de teatralidad que muchos cantantes olvidan como de importante puede llegar a ser, más, si estas contando una historia.
El concierto acababa de empezar, pero eso ya apuntaba a épico y legendario. No podía ser de otra manera vista la entrega de la banda, y un setlist en el que cabían "Operation:Mindcrime", "Speak", "Spreading the disease", "The Mission", "Suite Sister Mary"...Si hasta traía a una vocalista, Clodagh McCarthy, para interpretar el papel de Mary dándole la réplica. Uno tras otro, fueron cayendo los temas del disco, con especial mención a "Into the eyes of a stranger" y "I don't believe in love", en los que la gente se desgañitaba con los estribillos. Pero es que no contento con ofrecer semejante ristra de temazos, el vocalista de Seattle, volvió tras abandonar el escenario, para hacer un bis con, ojo, "Empire", "Jet City Woman", "Silent Lucidity" y "Queen of the Reich"...ahí es nada.
Extasiado, empecé a desfilar del recinto con la sensación de haber presenciado algo apoteósico, y con la idea de haber vivido una de las actuaciones TOP en toda la vida del festival. Sin mucho pensármelo, la pondría directamente en primera posición.
Y hasta aquí lo que ha dado de sí el cartel de este año. Nos vamos, pero volveremos, y ya estamos pensando en que sorpresas nos traeran los próximos carteles. Por vivencias como la de esta noche, es por lo que seguimos viniendo...
Alex A.
PCDM.
Die-hard fan de Metallica. Degustador de todos los estilos, aunque con criterio.
Fiel seguidor de la saga Star Wars y de las aventuras de Son Goku.