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La maravilla ver los dos sets baterías en paralelo sobre el escenario, seña de identidad de los americanos Osees y parte de su fuerza sónica. La formación salió desde el inicio como un cañonazo que inicia una guerra y el personal respondió como si estuviera en una auténtica batalla campal. El sonido y la sincronización de las baterías era exquisito, cosa que ayudó a explotar desde el primer momento la party.

John Dwyer es un autentico general y una bomba musical, no paraba de hacer gestos y maltratar su Jack de la guitarra, unas veces metiéndoselo en la boca, otras interactuando con los platillos, distorsión y fuzz a raudales.

La psicodelia pura y dura se apoderaba de la sala, con un bajo hipnótico, que nos lanzaba a lo largo de su increíble y variada discografía, me atrevo a decir con total seguridad que Osees son los King Gizzard estadounidenses.

Viendo a Osees sobre el escenario, se podría decir que los suyo es el Garaje Punk al mas puro estilo analógico, tecnología analógica en manos de un colosal y hiperactivo John Dwyer. Este hombre lleva el garage punk filtrado por la psicodelia a un estado de aventura musical, bailando entre diversos estilos.

Llegábamos a la parte final del concierto, que tras casi dos horas iba dejando publico completamente extasiado y verdaderamente alucinado.

La pegada de los dos bateristas (Dan Rincon y Paul Quattrone), el fuego perpetuo de Dwyer como líder total en la guitarra, sintetizador y voz, la fantasía del teclado de Dolas y el dinamismo de Tim Hellman (bajo), crearon unas sensaciones inquebrantables en una noche para recordar.

Si te gustan King Gizzard & the Lizzard Wizzard, que por cierto tocaban tres noches seguidas ese mismo fin de semana en Barcelona, Osees son sin duda imprescindibles en tu hilo musical diario.