Desde su formación en 2010, la banda berlinesa ha recorrido un camino de constante transformación, dejando atrás etiquetas para abrazar una filosofía musical que desafía géneros y expectativas. Ahora, Kadavar regresa con ‘I Just Want To Be A Sound’, un álbum que no solo redefine su sonido, sino que se erige como un manifiesto para vivir plenamente el presente a través de la música.
El núcleo de Kadavar –Lupus Lindemann, Tiger Bartelt y Simon 'Dragon' Bouteloup– se ha enriquecido con la llegada de Jascha Kreft (Odd Couple), ampliando el horizonte creativo de la banda. Este nuevo capítulo no es solo un cambio en su formación; es un salto hacia lo desconocido, una exploración que encapsula su deseo de “ser sonido”, una idea que se ha convertido en el lema de su evolución artística.
‘I Just Want To Be A Sound’ es el resultado de años de maduración y reinvención. Tras la introspectiva ‘The Isolation Tapes’, creada durante la pausa impuesta por la pandemia, Kadavar se sumerge ahora en un universo sonoro que trasciende fronteras. Rock, pop, baladas y épicas se entrelazan en un álbum que, en palabras de la banda, es “un ritual de transición”. Las canciones oscilan entre el caos interior y la conexión con el mundo exterior, reflejando una búsqueda constante de significado en tiempos convulsos.
A lo largo de su carrera, Kadavar ha sido comparado con un coche clásico atravesando un desierto, una metáfora que capturaba la esencia de sus primeros días de hard rock setentero. Hoy, ese coche se ha transformado en una nave espacial, lista para explorar galaxias desconocidas, combinando sensibilidad y potencia en cada uno de sus temas.
