Un servidor tiene que reconocer que tiene un idilio de amor con la banda angelina The Lords of Altamont, ya que dicha banda me transporta directamente a momentos de gran felicidad en mi vida rockera y sentimental. Los americanos estaban de vuelta para despedirse finalmente de los escenarios europeos, los últimos estertores de rock garajero por nuestro continente lamentablemente. Su ultima visita también serviría para presentar nuevo disco, To Hell With Tomorrow The Lords Are Now, asistencia casi obligatoria y imperial, a semejante y tan especial evento
Cavaliere and company son unos rockstars y saben encandilar a todo el personal con un setlist de lujo y una puesta en escena impactante. Y eso nos entregaron los Lords of Altamont, como nos hicieron disfrutar a todos con semejante bagaje musical de todos sus discos, un disfrute máximo para nuestros oídos y ojos.
La banda vestidos con sus ya muy famosos outfits rockeros con mucho cuero negro salieron a escena después de una intro de motos rugiendo y quemando asfalto, menudos bombazos de puro Rock como “Going Nowhere Fast”, “Going Downtown”, “Three”, “She Cried” o “Velvet”. Que visión tan magnifica, la del señor Jack Cavaliere subiéndose encima del tan mítico teclado Hammon que tantas veces hemos visto y tocado con nuestras propias manos, cada vez que nos han visitado estas estrellas del rock.
La máquina de hacer rock garajero seguía en marcha con “Million Watts Electrified”, “Like a Bird”, “I Said Hey” o “FFTS”. Para el cierre de una parte de la historia del rock Underground nos dejaron “Buried” o “Get in the Car” que maravilla.
Que puedo decir al finalizar este magnifico concierto, con un Jack pidiendo abrazos con la gente en primera fila. Sin duda se me quedo una sensación de alegría mezclada con un poco de tristeza por todo lo que representa para mi esta banda y espero y deseo, que se retracten y se vuelvan a reunir para volver hacerme viajar en el túnel del tiempo de mi vida musical, AMEN
Javi Metal
Un poco de mala hostia.
Una porción grande de locura.
Unas rayitas de alegría e ilusión.
Y como siempre bastante cabezón.